Advertencia:
Cuando un historiador
verdaderamente católico trata de personajes consagrados como héroes por el liberalismo imperante en la historia
oficial mexicana, puede causar resquemores, dudas, incomprensión o franca
antipatía aún entre los lectores que dicen pertenecer a la religión católica.
Pero cuando se trata del llamado
“Padre de la patria mexicana”, como aparece en los libros y documentos
oficiales que existen en todos los centros educativos de la nación, y más aún,
cuando se le rinde el máximo homenaje popular en la llamada fiesta nacional del
15-16 de septiembre, entonces no falta quien descalifique, a priori, al que se
atreva a derribar ese supuesto héroe de su pedestal.
Durante casi doscientos años (1)
ha sido tan intensa y constante esta falsa afirmación, dada desde las altas
esferas políticas y gubernamentales hasta los más modestos ayuntamientos o
alcaldías y, por supuesto, en todos los centros educativos laicos y no pocos
religiosos, dentro y fuera del país donde existen comunidades mexicanas. Que aquí
nos encontramos con un caso muy grave de distorsión de la verdad histórica, de
suplantación de la realidad por ocultamiento de los motivos que llevaron a Miguel Hidalgo a semejante
empresa revolucionaria. Y de la extraña paradoja que han contemplado unas diez
generaciones de mexicanos; de ver
elevado a los altares liberales anticristianos a un sacerdote de la Iglesia Católica nombrándolo
“Padre de la
Independencia mexicana”. Pero, vamos a demostrar que no hay
contradicción, que todo está lógicamente encadenado por el hilo conductor de la
actuación de las sociedades secretas
entre los individuos y los pueblos ajenos a ellas.
También, el sentido cristiano de
la historia nos obliga a reconocer a Jesucristo como centro y fin de la historia
universal, Él, marca los lineamientos para juzgar, para relatar los hechos y los personajes que han
influido en las naciones a través de los tiempos.
Las razones de la
Independencia
Cuando se estudia el periodo que
va desde el año de 1767, cuando fueron expulsados los Padres de la Compañía de Jesús de todo
el Imperio Español, hasta el año de 1808
en que aparecen los primeros intentos de
independencia americana; se va descubriendo que entre los inconformes con el
gobierno de la Corona
se encuentran numerosos religiosos, tanto frailes como sacerdotes de la Iglesia católica. Estos
van a ser los cerebros y muchos de los ejecutantes de la revolución de
independencia hispanoamericana apenas tres décadas después de la expulsión de
los padres jesuitas. (2)
Los padres jesuitas habían sido el brazo fuerte
de la Iglesia
desde que San Ignacio de Loyola creó la Compañía de Jesús en el siglo XVI para defender
al Institución del Papado, la ortodoxia de la Doctrina y la lucha
contra la corrupción de los hombres de iglesia. La Compañía era, por tanto, odiada
por la Masonería
(3) enemiga jurada de la Iglesia Católica.
El rey de España Carlos III, influido por sus ministros masones, decretó el
edicto de expulsión el 1º de abril de
1767. Con ese infeliz acto, la enseñanza verdaderamente católica quedó herida
de gravedad. Tanto los hijos de las familias principales como los humildes
indios de las misiones del norte quedaron sin su protección, a merced de las
nuevas ideas filosóficas disolventes de la moral católica, porque los
sacerdotes y religiosos de las otras
órdenes no fueron capaces de conservar la ortodoxia de la Fe.
Las ideas naturalistas y
liberales de los filósofos ingleses, franceses y angloamericanos protestantes
pronto influyeron en la mente de las clases educadas, tanto laicos como
sacerdotes irreflexivos que quisieron ponerse a la moda de los franceses.
Sin embargo, en el fondo de todo
esto, estaba el movimiento de las logias para desmembrar el Imperio Español
Católico a favor de las nacientes repúblicas democráticas y masónicas: Los
Estados Unidos de América en 1776 y la República Francesa
anticristiana de 1789.
El joven Miguel Hidalgo y
Costilla
Miguel Hidalgo y Costilla tiene
varias facetas en su personalidad, las principales son: su actuación pública como sacerdote y como revolucionario,
y la privada, como todo ser humano.
El cura Hidalgo nació el 9 de
mayo de 1753 en la hacienda de San Diego de Corralejo, en la jurisdicción de Pénjamo,
en la Intendencia
de Guanajuato. Fue el segundo de los cinco hijos del matrimonio formado por
Cristóbal Hidalgo y Costilla y Ana María
Gallaga Mandarte Villaseñor, criollos ambos. Sus primeros estudios los
hizo en la hacienda donde vivían sus padres. A los doce años de edad fue
enviado junto con su hermano Joaquín, a la ciudad de Valladolid al colegio de
San Francisco Javier, atendido por los padres jesuitas, de ellos fue alumno
solamente dos años, privándolo de esa sólida formación la expulsión de los maestros
por el edicto de 1767.
El joven Hidalgo regresó al
colegio de San Nicolás donde destacó en forma brillante, graduándose a los 17
años como bachiller en letras con una beca para la Real y Pontificia Universidad
de México, donde al poco tiempo, fue bachiller en Artes, De regreso al colegio
de San Nicolás se puso a estudiar Teología escolástica, sin embargo no pudo
terminar su carrera porque tuvo riñas con
sus compañeros, que lo apodaban “el zorro” por su comportamiento astuto
y sus ojos color verde amarillento. Miguel Hidalgo fue expulsado del Colegio, aunque perdonado
mas tarde, terminó sus cursos con las más altas calificaciones, lo que le hizo
recibir el honor de presentar su examen en la Pontificia de la ciudad
de México.
Siguió sus estudios canónicos
con igual eficiencia y en 1778, a sus 25 años de
edad, recibió de manos del Obispo Juan Ignacio de la Rocha la potestad de
celebrar la Eucaristía
y absolver los pecados.
,
El cura y rector Miguel Hidalgo
Ya como sacerdote comenzó a
desempeñar diversas cátedras en el Colegio de San Nicolás de Valladolid,
aprendió los idiomas francés e italiano,
además del latín, y entendía algunas lenguas indígenas. Desempeñó tan
brillantemente su profesorado que en una década llegó a ser el Rector más joven
en la historia del Colegio.
Con su actividad constante, su
talento e inteligencia pero también su astucia, al acercarse al Obispo de
Michoacán, don Antonio de San Miguel Iglesias, hizo que éste le concediera los
beneficios de la rica parroquia de Santa Clara del Cobre con una renta de 500
ducados anuales; cantidad enorme para la época, 1790. Lo que le permitió hacerse de las haciendas
Jaripeo, Santa Rosa y San Nicolás. Después de esto su mira estaba puesta en ser
Obispo. Pero cuando los bienes de este mundo no están puestos al servicio de
Dios corrompen a quien los detenta. Y este fue sin duda el caso del rector
Hidalgo.
El cura impío Miguel Hidalgo
Entre los años 1790 y 1800, el señor
rector comenzó a olvidar sus deberes de
eclesiástico dedicándose a la vida social. Organizaba fiestas y tertulias
literarias, leía los libros prohibidos por el Tribunal del Santo Oficio,
especialmente los que llegaban de contrabando desde Francia y de los Estados Unidos. Reunía en su casa a muchos
sospechosos de profesar las ideas de la Revolución francesa, donde se comentaban con
desusada libertad los principios anticristianos de los filósofos Juan J.
Rousseau y Francisco M. Arouet alias Voltaire. (4).
Hacia el año de 1792, el cura
Hidalgo era un gran empresario en todo
tipo de inversiones, mayormente en la
agricultura y en las artesanías hasta hacerse un hombre rico. Sin embargo, su
pasión por el juego le llevó a contraer cuantiosas deudas, se enemistó con el
Cabildo de Valladolid y fue citado por
el Tribunal de la Inquisición ,
acusado de trato deshonesto con mujeres y de vivir amancebado con una señora de
quien tenía dos hijos. A causa de todo esto tuvo que renunciar a su rectoría en
el Colegio, pagar sus deudas con una de sus haciendas y marcharse
precipitadamente a la ciudad de Colima para servir en un curato por orden del
Obispo.
A los ocho meses de estar en
Colima fue regresado a Valladolid pero ya nunca más a su antiguo cargo de
rector.
Luego, en 1793 el Obispo le
concedió los cargos de cura, vicario y juez eclesiástico de San Felipe en
Guanajuato. Ahí formó una extensa biblioteca con autores franceses de libros
señalados en el índice como
Anticatólicos. Desde San Felipe
hacía frecuentes viajes a Dolores, Lagos y Guanajuato donde tenía multitud de
conocidos, la mayoría, desorientados súbditos que veían en el cura a una persona capaz de guiarlos en aquella
época prerrevolucionaria. A estas personas les llevaba el virus de las ideas
impías que absorbía de sus admirados filósofos naturalistas.
En el año de 1798 el Cabildo de
Valladolid volvió a acusarlo de no pagar sus nuevas deudas de Juego, de leer libros prohibidos y de propagar
actividades sediciosas. En abril de ese año había afirmado en una tertulia con
los sacerdotes Joaquín Huesca, Manuel Estrada, Antonio Romero y José Martín
García “que el gobierno de la Iglesia estaba manejado
por ignorantes, que la Biblia
debía estudiarse con libertad de entendimiento y que las Epístolas de San Pablo
eran apócrifas”
Esta segunda llamada del Santo
Oficio tampoco tuvo eco en quienes debían sancionar sus desvaríos doctrinales y
morales, pues su expediente se archivó como había sucedido con el primero.
En 1802 consiguió ser cura del
pueblo de Dolores a la muerte de su hermano el cura José Joaquín, en esa
localidad se asentó con toda su familia continuando su vida social y ocupándose
de todo menos de sus fieles a quienes dejó encargados al padre Francisco
Iglesias.
Toda esa época hasta el año de
1810 se le ve ilustrándose y llenando su vida de toda clase de placeres y
actividades fuera de la
Religión , viviendo amancebado con otra mujer de quien tuvo
otras dos hijas: Micaela y Josefa.
También, de un tratado para fabricar armas, se atrevió a fundir varios cañones
con el pretexto de dar realce a las festividades religiosas.
Miguel Hidalgo y Costilla había
perdido completamente la Fe ,
no estamos seguros de si alguna vez la tuvo, ya que, tanto él como muchos de
los candidatos a ser ministros de Jesucristo entraban en los seminarios para
ser sacerdotes y disfrutar del ascendiente y bonanza económica que les daba ser
cura de alguna parroquia, sin tener realmente vocación de servicio a Dios y a
las almas. Esta es la principal razón de que hubiese tan gran número de
sacerdotes revolucionarios.
El masón Miguel Hidalgo y Costilla
El norteamericano
maestro masón Richard E. Chism en su “Historia masónica de México” afirma que
en 1806 se formó en la ciudad de México una Logia masónica del rito de York, es
decir, de obediencia inglesa. Y que en ese año en la casa no. 5 de la calle de
las Ratas (hoy Bolivar) fueron iniciados Miguel Hidalgo y Costilla, Ignacio
Allende, Miguel Domínguez corregidor de Querétaro y otros. El maestro masón
grado 33 Dr. Julián Gascón escribe en su tratado “Los primeros masones y la formación del supremo consejo de México”
exactamente lo mismo.
Hidalgo tenía relación de amistad con un antiguo alumno del Colegio de
San Ildefonso, el sacerdote jesuita Manuel
Iturriaga admirador del ex jesuita Adam Weishaupt creador de la secta de los
Iluminados. Este sacerdote impío que fungía como Rector del Colegio San
Francisco Javier de la ciudad de Querétaro, tenía elaborado un Plan
revolucionario para separar la
Nueva España de la
Corona por medios violentos desligándose de cualquier
potencia europea, expulsar a los españoles y quedarse con sus bienes. Era en
líneas generales el Plan que la
Logia de Nueva Orleáns en los Estados Unidos había
confeccionado para llevarlo a cabo por medio de aquellos revolucionarios que
fueran escogidos por ella. Miguel Hidalgo en compañía del capitán Ignacio
Allende viajó varias veces a entrevistarse con Iturriaga para conocer los
detalles del Plan. El padre Iturriaga estaba adscrito también a la Masonería.
La razón de que los políticos
liberales rindan homenaje a un sacerdote católico y lo llamen “Padre de la Independencia y de la Patria ” es precisamente
porque este cura era masón obediente a los dictados de la secta, para destruir la Nueva España en
beneficio del gobierno norteamericano. Entre las primeras disposiciones que
emitió su gobierno itinerante estuvo la de mandar a Pascasio Ortiz de
Letona a Estados Unidos pidiendo ayuda
material y moral para los insurgentes.
El historiador don Antonio Gibaja
y Patrón escribe en su obra “Las Revoluciones sociales de México”: “De
los estudios históricos de México, aparece que John Adams de los Estados
Unidos, Jorge III de Inglaterra y Napoleón I de Francia fueron los agitadores
del Partido Liberal y los promotores de la Independencia de México”
El revolucionario Miguel Hidalgo y Costilla
Hidalgo y sus compañeros
revolucionarios tenían previsto iniciar la insurrección el 1º de diciembre de
1810 en San Juan de los Lagos aprovechando la concentración de gente para la
fiesta de la
Santísima Virgen. Pero, la conspiración fue denunciada en
Querétaro por el capitán Joaquín Arias quien de ese modo alertó al Brigadier
don Ignacio García Rebollo de la intención de degollar a todos los españoles.
El primer grito de guerra de
Hidalgo fue: “Somos perdidos. Aquí no hay mas recurso que ir a coger gachupines”.
De modo que los acontecimientos
precipitaron el inicio de la revolución y en
el pueblo de Dolores, el 16 de septiembre a las 6 de la mañana se inició
una auténtica guerra civil de muerte y destrucción. Miguel Hidalgo, vaciando
las cárceles de criminales, armándolos y reuniendo entorno suyo a toda la plebe
de los lugares que pasaba, incitándolos al robo de quien algo tenía, marchaba
como jefe absoluto, no de un ejército sino de una desordenada banda de
forajidos. Los que tenían algún resentimiento, maldad, codicia o venganza
contra alguien se le iban agregando.
Su primer estandarte de guerra
era una bandera roja cuartelada con
franjas negras en cuyo crucero aparecía un cráneo en medio de dos canillas con
cuatro estrellas de seis puntas masónicas. A este estandarte se le llamó “El doliente de Hidalgo” , ante las
críticas de muchos de sus seguidores, posteriormente, tomó el estandarte de la Virgen de Guadalupe como
bandera de la revolución para engañar mas fácilmente al pueblo devoto
instándolos, con ello, a no hacer resistencia.
Podemos afirmar que su carrera
fue meteórica. Pronto cayeron bajo su férula
San Miguel, Celaya Guanajuato, Valladolid y los principales pueblos de
Michoacán, siguió hacia Toluca y se dirigió a la ciudad de México deteniendo su
marcha a muy poca distancia de ella. Habían pasado menos de dos meses desde el
llamado “Grito de Dolores” y su influencia crecía de semana en semana. Casi sin
enfrentar ninguna batalla seria y por la ayuda de otros revolucionarios entró
en Guadalajara el 28 de noviembre, esta ciudad, como las anteriores, estaba
ganada por la infiltración de las logias entre las personas principales. El
pueblo de la capital de la
Nueva Galicia se le entregó lleno de júbilo, a tal grado que en
la Catedral
se cantó un Te Deum en su honor y después un suntuoso banquete y baile el Real Palacio donde se alojó.
Sus incondicionales comenzaron a
dirigirse a él como “Su Alteza Serenísima”, pero, nada de lo anterior evitó que “Su Alteza”
ordenara mas tarde degollar a todos los europeos prisioneros de las turbas, lo mismo
hacía en todas las poblaciones que tomaba. En Guadalajara no bajaron de mil los
asesinados. Hidalgo se presentaba como
el “Libertador de los pueblos oprimidos”, ofrecía a las chusmas que serían
dueños de las tierras y de las riquezas de los europeos.
Como botón de muestra vamos a
transcribir una Carta Provincial de los Franciscanos que aparece en el libro
“La cuestión religiosa en México” del padre Francisco Regis Planchet, que este
autor entresacó de la
Sentencia de Degradación de Hidalgo:
“De orden suya se sacaban a los españoles europeos a escondidas por la
noche en partidas de 40 o más, de los que había reunido en Valladolid y
Guadalajara. Y los mataban en barrancas y otros lugares ocultos.
La primera de estas partidas se
sacó el 12 de diciembre, como si por ser día de la aparición de la Virgen , que sacrílegamente
había tomado Hidalgo por patrona de su rebelión, hubiese querido solemnizar la
festividad con tan horrible sacrificio. Entre los degollados había hombres
venerables por sus virtudes, benéficos en los lugares donde residían y, según
admitió Hidalgo en su proceso, había muchos eclesiásticos”
Hastiados de los excesos de
Hidalgo; Allende y sus propios compañeros revolucionarios consultaron a varios
sacerdotes sobre si sería lícito darle veneno para evitar tantos asesinatos.
Después de ser derrotado Hidalgo por el general Calleja en Puente de Calderón,
Allende y los otros jefes revolucionarios finalmente decidieron separarlo del
mando amenazándolo de muerte. Comenzó entonces la declinación de su estrella,
en la huída de los revolucionarios rumbo
a los Estados Unidos iba prisionero con guardias para que obedeciera lo
que se le dictaba.
La muchedumbre de indios que
había seguido a Hidalgo, Allende, Aldama, Jiménez y los otros jefes, por el
centro del país donde había riquezas que saquear, viendo que escaseaba el
botín, fueron abandonando la columna
hasta abandonarlos totalmente.
En marzo de 1811 los insurgentes llegaron a
Saltillo, lugar donde Hidalgo entregó el mando militar a Ignacio Allende y
rechazó el indulto que le ofrecía el Monarca español.
Los jefes revolucionarios
decidieron huir hacia el norte hasta Texas para alcanzar después la frontera
con la Louisiana y obtener la ayuda material y moral ofrecida
por el presidente James Madison de los
Estados Unidos. Así que emprendieron la marcha hacia la ciudad de Chihuahua,
pero el 21 de abril y por medio de una estratagema del capitán Francisco I. Elizondo (6) fueron
apresados todos en la población de Acatita de Baján y llevados maniatados con
hierro a la ciudad de Chihuahua donde comenzó su proceso.
Los interrogatorios, la
degradación de Hidalgo de su condición sacerdotal, el juicio del Tribunal de la Inquisición , la Junta de Guerra y todo lo
concerniente a sus delitos con los testigos etc., etc. tardaron más de dos
meses. El 30 de julio de 1811 a la hora del alba
Miguel Hidalgo y Costilla de 53 años cumplidos cayó muerto por el pelotón de
fusilamiento. ¿Qué pensaría ese cerebro, cuyo corazón estaba corrompido hasta
la médula antes de su ejecución? Cuando el capitán
Simón Elías le preguntó por su último deseo antes de morir,
Hidalgo pidió que le trajeran una jarra con leche y unos dulces….. (7)
Efectos de la
Revolución de Miguel Hidalgo y Costilla
En tan solo 11 meses de campaña
revolucionaria la sociedad de la Nueva España había quedado conmovida hasta sus
cimientos, todas las capas de la población se veían con desconfianza. Había
fomentado el odio entre españoles europeos y americanos, entre las diversas
razas que poblaban el extenso país, entre los ricos y los pobres, entre los
curas de pueblo y las autoridades de la Iglesia. En
ese corto espacio de tiempo los trescientos años de estabilidad y paz se habían
destruido para siempre.
Entre otros hechos negativos que
Hidalgo había inaugurado con su
Revolución estaban:
“La Ley Fuga ”; acuchillando
en las tinieblas a incontables comerciantes y empresarios robando sus fortunas.
Fue el primero en mendigar la intervención armada de los protestantes
angloamericanos, fue el primero en sembrar la cizaña del socialismo y comunismo
mediante el saqueo sistemático de los propietarios, el primero en predicar, con
su propio ejemplo, del amor libre, ajusticiamiento sin proceso, del “derecho”
de rebelión, del “derecho” a quedarse con tierras ajenas repartiendo las
haciendas que no eran suyas. Ni él ni sus hermanos repartieron ni un palmo de
sus tierras.
En cuanto a la Iglesia ; fue enemigo de
las órdenes monásticas, humilló cuanto pudo a la jerarquía eclesiástica
coartando la libertad de su jurisdicción y mandando asesinar a incontables
sacerdotes, solamente por el delito de ser europeos. Difundió entre sus
allegados numerosas herejías de corte protestante.
Su rebelión fue el principio de
la destrucción del país cuya independencia fue lograda por don Agustín de
Iturbide el 27 de septiembre de 1821 con el Imperio Católico que duró solamente
menos de dos años a causa de la intervención de la República democrática
norteamericana y sus logias. Perdiendo, México, su verdadera independencia para
siempre.
Volvemos a citar al Lic. Gibaja y
Patrón quien con gran lucidez asienta en
el primer tomo de su Obra “Las Revoluciones Sociales de México”:
“La revolución de Independencia no fue ideada por Hidalgo ni su
voluntad tampoco era la que imperaba en ella, pues es bien sabido que Hidalgo y
Allende eran masones, y como tales, ciegos y dóciles a la voluntad de las
logias….” las órdenes venían del jefe supremo de la masonería universal
residente en Charleston USA.
Por lo expuesto anteriormente, Miguel Hidalgo y Costilla, no fue prócer
de la Independencia
de México ni menos Padre de la
Patria mexicana.
Luis Ozden.
Septiembre de 2011.
Bibliografía y Citas:
CITAS:
(1)
En el año de 1823
la Asamblea
o triunvirato que estaba encargada del gobierno después de la abdicación de
Iturbide con Emperador, ya hablaba de constituir una república democrática de
corte yanqui y había elevado al difunto Miguel Hidalgo como Prócer de la
Independencia.
(2)
En el año de 1807
se instruyó en la ciudad de Nueva Orleáns, causa judicial a unos sujetos de
nacionalidad norteamericana que pretendían emancipar a la Nueva España , darle
un gobierno propio, pero aliado y protegido del de los Estados Unidos.
“Documentos Históricos mexicanos” Genaro
García, SEP.
(3)
La Masonería
abarca actualmente (siglo XXI) a todas las sociedades secretas y semi secretas
de mundo entero, es el Misterio de Iniquidad de que hablan San Juan y San Pablo, previo a la llegada del Anticristo. Los individuos que
la siguen son los instrumentos del Maligno para
destruir el Orden Cristiano. Ha infiltrado ya toda la Sociedad civil y también a la
Jerarquía de la Iglesia Católica que desde la década de 1960 ya no lo oculta. Por
lo que se nos afirma la creencia de que
hemos llegado al “Fin de los tiempos”.
(4)
Francisco María
Arouet alias Voltaire, influyente
filósofo, escritor y poeta, todo su pensamiento está impregnado de naturalismo y liberalismo, a pesar de haberse educado por los jesuitas
en París, empleo su viva inteligencia en esparcir sus ataques a la Iglesia Católica.
La masonería internacional adoptó su pensamiento destructivo para destruir el
Orden Cristiano.
(5)
“El Misterio de
Iniquidad” San Pablo en su 2ª. Carta a los Tesalonicenses, 2, 3-7
(6)
El Capitán de
milicias Francisco Elizondo que estaba retirado en el Norte y había dejado las
huestes de Hidalgo poco antes, de acuerdo con los realistas, aparentó volver con
los que huían y vitoreándolos los pudo desarmar y poner presos.
(7) “La cuestión religiosa en México”, Fco. Regis
Planchet ,1957
BIBLIOGRAFIA:
Alamán Escalada Lucas, “Historia
de Méjico”, Fondo de Cultura Ec. S. A. de C. V. Ed. Facsimilar; México 1985. 5
Tomos
Documentos Históricos Mexicanos,
Consejo Nacional de Fomento Educativo, Ed. Facsimilar, México 1985.
Enciclopedia de México, SEP. México 1988.
Gascón Julián Dr. “Los primeros
masones y la formación del Supremo Consejo de México”, Ed. Vertiente, México 1994.
Gibaja y Patrón Antonio,
“Comentario Crítico, Histórico, Auténtico a LAS REVOLUCIONES SOCIALES DE
MÉXICO”, Ed. Tradición, México 1983. 5 Tomos
Gran Enciclopedia “Círculo de
Lectores”, Plaza y Janés, Barcelona 1987.
Pérez de León Rivero Luis, Apuntes
propios, “El Destino Manifiesto angloamericano es de origen calvinista”.
Regis Planchet Francisco Pbro. “La Cuestión Religiosa
en México”, Imp. Moderna, Guadalajara, México 1987.
Sánchez Ruiz Pedro “Nacimiento, Grandeza, Decadencia y Ruina de la Nación Mejicana ”,
Ed. Honor y Fidelidad 2005.
La verdad es que Miguel Hidalgo no es el verdadero padre de la patria sino que es Ignacio Allende ya que el quería la libertad para nosotros y ya lo había intentado antes e Hidalgo no lo quería para nosotros sino que nos quería guardar para otro rey español
ResponderEliminar¿De que diablos estas hablando?Ambos eran unos bastardos malvivientes, judios, masones y endemoniados infiltrados. Y ellos no querían liberarnos(seria separarnos ya que nosotros no pertenecimos a españa, nosotros ERAMOS ESPAÑA de ultrmar) más bien ellos querian esclavisarnos y entregarnos a los yanquis e ingleses. No seas estupido
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarY te estoy hablando a ti, el tarugo que comento primero
EliminarTodavía no puedo creer que no sé por dónde empezar, mi nombre es Juan, tengo 36 años, me diagnosticaron enfermedades de herpes genital, perdí toda esperanza en la vida, pero como cualquier otra, todavía busqué una cura incluso en Internet y ahí es donde me encuentro con el Dr. Ogala, no podía creerlo al principio, pero también mi sorpresa después de la administración de sus medicamentos a base de hierbas. Estoy tan feliz de decir que ahora estoy curado. Necesito compartir esto. experiencia milagrosa, así que les digo a todos los demás con enfermedades del herpes genital, por favor, para una vida mejor y un mejor medio ambiente, póngase en contacto con el Dr. ogala por correo electrónico: ogalasolutiontemple@gmail.com también puede llamar o WhatsApp +2348052394128.
ResponderEliminarMe parecen muy vagas las conclusiones, ya que otros sacerdotes lo escucharon decir en el grito de independencia, "viva Felipe III", lo cual hace de este falso grito de independencia una alianza con la curia católica conservadora. Estamos de acuerdo que no es el padre de la patria y que su intención era solamente deshacerse de la influencia francesa de Napoleón II. Tanto los Masones como los Católicos tienen datos tergiversados de la historia.
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