miércoles, 27 de noviembre de 2013

Guadalupe; algunas reflexiones sobre el nombre de la Virgen del Tepeyac


GUADALUPE
ADVOCACIÓN
DE LA
SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA

ALGUNAS REFLEXIONES
EL NOMBRE DE LA VIRGEN APARECIDA EN EL TEPEYAC NO ES INDÍGENA

Son cientos las advocaciones de la Santísima Virgen María que se conocen en todo el mundo católico. De todas ellas, siempre hay una de mayor importancia en cada país. También, según la época, así como la devoción dominante de los pueblos, por los milagros concedidos, visiones de los santos y apariciones, aumenta o disminuye la fama e importancia de esas advocaciones o apelativos.
La advocación de Santa María de Guadalupe comenzó a conocerse en el siglo XIV, después del milagroso descubrimiento, en una cueva al pie de la sierra de Guadalupe en el macizo de las Villuercas en Extremadura, España. Un humilde vaquero llamado Gil Cordero guardaba sus reses en una cueva junto al río Guadalupe. “Una mañana temprano sacó sus vacas, pero una de ellas se negaba a salir, estaba como pegada al suelo y no la podía mover, entonces se dirigió al pueblo cercano a pedir ayuda, adelantándose a los vecinos que venían con él, se metió en la cueva al percibir una luz muy brillante que salía de ella, acercándose vio entre una grieta la figura de la Virgen María, escondida probablemente, desde la época de la invasión de los moros.”
En la Iglesia del Monasterio existe una lápida con la siguiente inscripción: “Aquí yace Don Gil de Santa María de Guadalupe a quien se apareció esta imagen”
La imagen de la Virgen es una escultura pequeñita de tez muy morena, con el Niño Jesús en sus brazos, vestida muy lujosamente. Esta imagen está colocada arriba del altar mayor y descansa sobre una base giratoria, para que los fieles puedan contemplarla de cerca, en su hermoso Camarín, adornado entre otras cosas con los escudos nobiliarios de grandes personajes, entre ellos: Cristóbal Colón y Hernán Cortés.
La historia de esta aparición es muy extensa, por los numerosos milagros que se sucedieron a partir de entonces. Su fama corrió por toda España y pronto se levantó un Monasterio de monjes jerónimos en el año de 1389, al que siguieron Hospitales y Colegios, llegando a contar con una de las Bibliotecas más famosas de toda España. Desde esa fecha, durante todo el siglo XV y el XVI fue la Patrona de los reinos de Castilla, mientras que la advocación del Pilar quedó solamente para el Reino de Aragón.
Alguien ha escrito acertadamente, que España le debe la Nuestra Señora la Virgen María las tres cosas más importantes en este mundo:
A su advocación del Pilar; la FE. A su advocación de Covadonga; la PATRIA. A su advocación de Guadalupe; el IMPERIO.
 A la Virgen de Guadalupe se encomendaron los Reyes Católicos en sus empresas militares y descubridoras. Antes y después del Descubrimiento del Nuevo Mundo, Cristóbal Colón fue a orar ante la imagen de la Virgen y ahí llevó los indios antillanos que traía con él.
Hernán Cortés ofreció a la Virgen en 1529, un lujoso exvoto en plata y esmeraldas que los artífices de Moctezuma cincelaron en Azcapotzalco, de la ciudad de México. Este exvoto tenía la figura y llevaba dentro, el cuerpo seco de la salamandra  ponzoñosa que lo mordió en Yautepec.
En cuanto al nombre GUADALUPE, como consecuencia de su importancia entre católicos y no católicos; las investigaciones, opiniones y preferencias son múltiples y no han terminado aún al comenzar este tercer milenio.
Desde luego GUADALUPE es un vocablo hispanoárabe, y digo hispano porque en España nació, no lo llevaron los árabes en su invasión a la Península Ibérica.  Se compone del sustantivo GUADI vocablo árabe-marroquí que significa RÍO o cañada donde corre un RÍO, y de la terminación LUPE; vocablo muy discutido.  
En las provincias del sur se multiplican los topónimos que comienzan con la palabra GUAD: Guadaira, Guadajoz, Guadiana, Guadalajara, Guadalaviar, Guadalete, Guadalcanal, Guadalcázar, Guadalmedina, Guadalope, Gadalopillo, Guadalporcum, Guadalquivir….y por fin GUADALUPE.
Todos estos nombres son de origen árabe pero ya modificados por el pueblo hispano latino, es decir; nuevos vocablos sincréticos nacidos en España.
LUPE; pudiera ser de origen árabe, pero ¿cual es su significado?,  o hispano latino, tal vez sería un sincretismo, no son comunes estos nombres sincréticos, sin embargo, hay uno muy conocido que es Medinaceli – Ciudad del cielo -.
  En latín tenemos varios vocablos que se asemejan a LUPE: lub
-cascajo-, lubben –oculto-, lupa –cueva-, lupus –lobo- lupae -lobos
GUADI –RÍO-; LUPE –LOBOS-: ¿Significa “RIOLOBOS”?
También hay quien afirma que el nombre GUADALUPE es todo árabe y que se traduce como “RÍO LUMINOSO”, muy bella interpretación pero no tenemos las pruebas.
Cristóbal Colón bautizó como Guadalupe, a una de las islas que descubrió en el mar Caribe. Los conquistadores del Nuevo Mundo traían junto a su espada pequeñas imágenes de la Virgen de Guadalupe, por ser la advocación más venerada en los reinos de Castilla.
EL NOMBRE DE LA VIRGEN DE GUADALUPE NO ES INDÍGENA
La Divina Providencia guiaba las gestas de los seguidores de la Cruz de Cristo, en la conquista de los pueblos idólatras. Esta era una guerra contra el demonio para arrancarle las almas que tenía en su poder. Vencidos los cohlúas el 13 de agosto de 1521, Cortés pide al   Emperador Carlos V que le enviara religiosos santos para iniciar la evangelización, y llegaron los 12 apóstoles a las tierras del Anáhuac en 1524 encabezados por Fray Martín de Valencia.
Pasaban los años y los frailes franciscanos trabajaban muy duro, pero la tarea era muy grande, humanamente imposible. Sería indispensable la intervención de la Madre de Dios para afianzar la Palabra Divina en los corazones de los neófitos. Ella eligió a un humilde joven indio recién bautizado, un hombre de corazón puro llamado cristianamente Juan Diego del pueblo de Cuauhtitlán, casado, quien vivía con  su tío Juan Bernardino.
El día 9 de diciembre de 1531 muy temprano, Juan Diego tuvo la primera entrevista con la Santísima Virgen, Ella le habló en la lengua nahua porque Juan Diego no entendía ninguna otra. La Madre de Dios pidió que se le construyera un templo ahí en la loma del Tepeyac; en la segunda entrevista le ordenó lo mismo, pero la radiante Señora no le dijo su nombre. Solamente se lo reveló al tío Bernardino en la tercera aparición, a quien sanó de su enfermedad, diciendo la Virgen en lengua nahua “yo soy la siempre virgen” y en castellano: “SANTA MARÍA DE GUADALUPE”, primeramente, porque esos tres vocablos no existían en la lengua indígena, y además, para que  los españoles entendieran claramente que se trataba de la advocación más conocida y venerada de España en aquella época.

Las milagrosas apariciones de la Santísima Virgen María se terminaron con la cuarta entrevista a Juan Diego, cuando Nuestra Señora estampó milagrosamente su imagen en la tilma, que aquel entregó al Obispo Juan de Zumárraga el día 12 de ese mes de diciembre de 1531.
LA DISTORCIÓN DEL NOMBRE GUADALUPE
Alguien ha dicho muy atinadamente de la gran cultura “azteca”, que los historiadores y arqueólogos, sobre todo extranjeros han alabado tanto; no pasa de ser un gran mito. Sus lenguas eran muy variadas, no tenían reglas, carecían de Gramática. Cuando los Frailes comenzaron a aprenderlas las fueron conformando a la estructura del idioma latino, escribiendo los fonemas indígenas con letras del alfabeto latino. Es de esta manera que los indígenas poseedores de las antiguas tradiciones de sus pueblos escribieron historias y relaciones.
Los historiadores modernos indigenistas tratan de manera forzada interpretar el nombre SANCTA MARIA GUADALUPE con vocablos nahuas, hacen curiosos retruécanos acomodando los fonemas indígenas para desbaratar el nombre que la Santísima Virgen eligió para ser llamada por los habitantes del Nuevo Mundo.  He aquí algunos de esos inventos: “Cuatlallope, Tecuantlanopeu, Tequantlaxopeuh, Cuauhtlalapan, Tecuantlacupe, Coatlaloclapia”……etc.
Es un hecho, que también el Padre Juan González intérprete entre Juan Diego y el Obispo Zumárraga escribió una relación de las apariciones en lengua nahua y en castellano.
Quizás, la relación más conocida es la que escribió en nahua con caracteres latinos, el noble indígena bautizado don Antonio Valeriano Chimalpain pariente de Moctezuma. Este recibió la sabiduría de los Frailes, fue profesor del Colegio de Tlatelolco y Gobernador de los Indios por 30 años. Del rey don Felipe II recibió una carta de felicitación por su buen gobierno.
Del escrito original  de Valeriano se hicieron varias copias, una de ellas la tuvo el Padre  jesuita Carlos de Sigüenza y Góngora. La Relación de Valeriano que ha llegado a nuestros días es la que copió en 1649 el cura de Guadalupe Fray Luis Lasso de la Vega en lengua nahua titulada “Aparición de Santa María de Guadalupe”, comienza con las palabras “Nican Mopohua….” que quieren decir: “Aquí se refiere ordenadamente de qué manera maravillosa se apareció hace poco en el Tepeyac la siempre Virgen Sancta María Madre de Dios, nuestra Reina que se nombra GUADALUPE… … 9 diciembre…..1531” y en ese documento aparecen escritas las siguientes frases: “ Huei tlamahuizoltica o monexiti ilhuicac tlatoca ihuapilli SANCTA MARIA……… GUADALUPE…….” Con lo que se prueba que la Santísima Virgen no se llamó a si misma con ninguna interpretación indígena cuando le habló a Juan Bernardino, porque no existían esas palabras en lengua nahua. Cuando el tío de Juan Diego relató al Obispo Zumárraga el suceso, habló en lengua nahua y el traductor Padre Juan González no tuvo dificultad para ello pues Bernardino dijo claramente el nombre GUADALUPE, no empleando ningún vocablo indígena. 

Luis G. Pérez de León Rivero.
9 de diciembre del año 2011.