El liberalismo es una doctrina que asume la defensa y la realización de
la libertad en el campo político. Su antigüedad comienza en la llamada “Edad Moderna”, a fines del siglo XVII, todo el siglo
XVIII llamado por los filósofos Siglo de las Luces, de la Ilustración o tal
vez del Iluminismo”, extendiéndose su vigencia a todo el siglo XIX y aún a
las primeras décadas del XX. (1)
Los filósofos de la Ilustración quisieron la libertad humana a ultranza,
sin límites, su crítica de todos los temas es total, ni siquiera los han
detenido las tesis cartesianas que vedan esta crítica a los campos de la
religión, de la política y la moral. La
Ilustración no acepta estas renuncias y lleva su crítica racional, a todo,
endiosando la Razón Humana.
Al deísmo inglés se lo
considera como la primera manifestación de la Ilustración consistente en cuestionar la validez de la
Religión. (2)
A continuación los filósofos
ingleses iniciaron la crítica política,
seguidos por los franceses y los
escritores de la Revolución de 1789. (3)
Los principios filosóficos de la Ilustración van, por tanto, contra el
Orden establecido por el cristianismo en Europa desde la evangelización de los
siglos V, VI y VII, pasando por la Edad Media y el Renacimiento, hasta antes
del establecimiento del Protestantismo en el siglo XVI, cuando la religión
católica era la norma de la vida en la sociedad entera. El régimen civil
marchaba de acuerdo con el régimen religioso; la Monarquía con la Iglesia
Católica.
También, junto a la Ilustración apareció el llamado Enciclopedismo como
consecuencia de la especulación filosófica y crítica de todo lo creado que
propone aquella. Pero el Enciclopedismo se concentra en el estudio de las
ciencias y las artes, dando una especial importancia a la dialéctica. Todo esto como contraposición al esquema
enciclopédico que Aristóteles propone; las ciencias teóricas: filosofía, física
y matemática y las ciencias prácticas: la ética, la política y las artes. Santo
Tomás tomó el concepto aristotélico subordinándolo a la Teología, por tanto, la
Ilustración y el Enciclopedismo se van a organizar como una corriente de
pensamiento en oposición a la Cristiandad, atacando la religión católica, y el sistema monárquico y
económico sobre el cual descansaba la
sociedad. Esto es, a cuestionar la Tradición cristiana occidental,
con bien estructuradas filosofías salidas de los pensadores protestantes:
ingleses, franceses y alemanes principalmente (4)
Mientras, los enciclopedistas franceses cuyo espíritu “ilustrado” los
llevó a adoptar un método sintético para llegar al saber positivo, fueron quienes mayormente influyeron en los
filósofos, científicos y estadistas de las generaciones inmediatas y posteriores
a la Revolución de 1789.
No debemos olvidar, por otra parte,
que la mayoría de los historiadores que tratan de esa época, soslayan
las actividades de las sociedades discretas y secretas que siempre han existido
a lo largo de la Historia, y cuyos miembros no aparecen como tales en los
acontecimientos más relevantes. Ignorar a estas sociedades y a estos individuos es quedarse en la superficie del
quehacer humano sin entender ni dar a entender a los lectores, el hilo
conductor de lo que se relata. Entre las numerosas sociedades secretas
estuvieron las logias masónicas como las más influyentes, a través de
sus miembros enquistados alrededor de los gobernantes europeos. (5))
A partir del año 1717, tras
la reunión de las cuatro principales logias europeas en la ciudad de Londres,
se puede hablar ya, de una sola organización
MASÓNICA con diversos ritos u obediencias que hizo suyos todos los
principios filosóficos del Liberalismo, es decir; la Ilustración
y el Enciclopedismo, para llevar a cabo la destrucción de la Tradición
del Orden Católico; El Papado, el sistema Monárquico y la
Milicia. (5.A)
El Liberalismo se
define así mismo, como “una doctrina filosófica,
política y económica que practica la
tolerancia en todos los órdenes”. Sin embargo, tiene que ser intolerante,
con el llamado por el mismo Liberalismo como: Absolutismo. (6)
El Liberalismo parte
del concepto según el cual “el
conocimiento de la razón humana y, el derecho inalienable a la acción y realización propia, libre y sin
límites es el mejor sistema para satisfacer los deseos de la humanidad”. (7)
Exige la Libertad de
pensamiento, la libertad política y económica partiendo de la libre
concurrencia (competencia) y es contrario a las actuaciones estatales y
religiosas. El Liberalismo es por tanto, partidario de las libertades
individuales y de los pueblos.
Como doctrina política, el
Liberalismo y su soporte la Masonería se concretaron en la Revolución
angloamericana de 1776 y como consecuencia de ésta, en la Revolución
francesa de 1789. Pocos años después; a principio del siglo XIX, influyeron
en las guerras de independencia de los países de Hispanoamérica. Y para
completar el cuadro de los enemigos de la Cristiandad durante el “Siglo
de las Luces”, se sumaron a este empeño los judíos talmúdicos.
(8)
En el año de 1801 se fundó
en la ciudad puerto de Charleston, Carolina del sur en los Estados Unidos de
Norteamérica, la Logia de 6 judíos, cuyo presidente Esteban Morin era
banquero de origen francés partidario y sostenedor de Napoleón Bonaparte, con
el fin aparente, de organizar desde ese lugar norteamericano, las logias afines
a los intereses de la Francia revolucionaria sin tener que tropezar con las
monarquías europeas. (9)
En cuanto al Imperio
Español, por su estructura católica, monárquica y aristocrática, era el fiel
representante del “absolutismo”
enemigo de las nuevas ideas, del Liberalismo y de los revolucionarios
de toda laya.
Entonces, los
revolucionarios franceses y su Jefe máximo Napoleón eran los indicados para
deshacer en todas sus partes al viejo coloso; el Imperio Español. Por dentro,
con los llamados “afrancesados” y por
fuera atrayendo a sus hijos hispanoamericanos a logias obedientes al nuevo “Supremo
Consejo de Charleston”. (10)
Serían los Estados Unidos de
América la potencia beneficiada del trabajo del futuro emperador de los
franceses. ¿No acaso la Revolución francesa era hija de la norteamericana? ¿No
el hermano Lafayette, después de su actuación en la guerra de independencia americana,
había regresado a la Francia con la escarapela tricolor de los yanquis en el
sombrero, y la cabeza llena de ideas de Libertad,
Igualdad y Fraternidad? (11)
Pero nada es casual en el mundo, hay un
Plan Metafísico que dirige los acontecimientos humanos, aunque sean los
seres humanos los ejecutores de ese Plan, para lo cual, el Creador les dio el Libre Albedrío; la libre voluntad con la
cual pueden acertar o errar su camino. En el caso de los Estados Unidos,
esta república fue planeada, proyectada, para servir a los intereses
religiosos, políticos y económicos de los financieros judíos desde el siglo
XVI, concretamente los de Amsterdam en Holanda, bajo la monarquía de Guillermo
de Orange.
La razón de extenderme en detallar
ciertos acontecimientos históricos que podrían interpretarse como superfluos,
es porque la mayoría de los tratados de
Historia de México no se refieren a los orígenes y causas de la formación del Partido
Liberal de Nueva España, haciendo creer a los lectores que las ideas
de la Independencia han salido de los propios novohispanos como Hidalgo,
Morelos, Allende, etc. o de los sudamericanos Miranda, Bolívar, San Martín o
Sucre. Cuando en realidad ni los franceses
ni los españoles afiliados a la Masonería tuvieron la iniciativa de la libertad
y progreso de los pueblos hispanoamericanos. Todas esas ideas románticamente
falsas, las propiciaron Inglaterra y los norteamericanos para
aprovecharse de las actividades de los
criollos hispanoamericanos, quedándose a fin de cuentas, con sus tierras y
riquezas dejando a los pueblos indígenas más pobres y desamparados.
Desde 1783 cuando los
Estados Unidos de América fueron reconocidos como una nación independiente y
amiga, por las potencias de entonces: España, Francia e Inglaterra, en la
“Paz de Versalles”, esta nación recién nacida, no cesó de crecer abriendo
sus puertos a todos los que quisieran establecerse dentro de sus nuevas
fronteras entre el litoral atlántico y la orilla derecha del río Mississippi
proclamando la Libertad de creencias y trabajo; la Igualdad bajo sus
leyes y la Fraternidad de todos los perseguidos por “absolutismo”
europeo, vendiendo las antiguas tierras realengas y de los indios a todo el
que quisiera cultivarlas.
Uno de los cuatro firmantes
del Tratado de Versalles, don Pedro Pablo Abarca, Conde de Aranda embajador de
España en París, escribió al rey Carlos III algo parecido a una profecía: “Con vuestra real autorización acabo de
firmar algo que me inquieta: Hemos reconocido a una potencia que ha nacido
pigmea pero que con el tiempo será un gigante que se olvidará de nuestra
ayuda y nos sacará del continente comenzando por la rica y hermosa Nueva España
que no podremos defenderla por su lejanía a más de ser limítrofe de ella…..” (12)
Por su parte, Benjamín
Franklin primer embajador de los Estados Unidos ante la Corte del rey Luis XVI
de Francia, aparte de ser científico, era filósofo, gran Maestre de la
Masonería, había elaborado una doctrina y un plan para engrandecer a su nación
basándose en los principios revolucionarios de su religión calvinista
presbiteriana y del liberalismo imperante en el siglo XVIII.
A esa doctrina y su
consecuente plan los llamó: “El
Destino Manifiesto Imperial de la Nación
Americana” siendo la base de la política que han seguido hasta la fecha
(año 2011) todos los presidentes de los Estados Unidos de América con sus
variaciones de partido.
Personalmente creo, que la
fundación secreta de las primeras logias masónicas, en las posesiones americanas del Imperio
Español, fueron organizadas por agentes infiltrados provenientes de los Estados
Unidos, Inglaterra, Francia y por los españoles afrancesados. Su labor
propagandista de las ideas republicanas por medio de las sociedades secretas, encontraron
acogida entre ciertos criollos ilustrados, tanto civiles, propietarios, nobles
titulados como también eclesiásticos.
Por razón natural, no se
puede investigar con detalle y a fondo lo relacionado con las sociedades
secretas cuando el investigador no pertenece a ninguna de ellas, pero
deduciendo lógicamente los hechos políticos y examinando los documentos
encontrados se puede seguir el hilo de los acontecimientos.
“Ya desde 1804, los seguidores del banquero Esteban Morin dictaban medidas para facilitarle el camino a Napoleón Bonaparte, el camino de la usurpación de España, por medio de las traiciones de los afrancesados españoles” (13)
Reclutar a la gente idónea
para la consecución del Plan Maestro para engrandecer a la República americana
a costa de la destrucción del Imperio Español por dentro de sus instituciones,
era primordial, así como apoderarse de la persona del débil rey Carlos IV. Para
implantar las logias que obedecieran a la central de Charleston se
emplearon, al menos, cuatro años. También, en 1806 funcionaba una logia en la
ciudad de México donde varios individuos que posteriormente serían conocidos
personajes de la Revolución de Independencia habían sido iniciados. (13)
En enero de 1807 se suscitó
un incidente en Nueva Orleans que tuvo resonancia legal: Aaron Burr, un antiguo
político yanqui protegido del presidente Thomas Jefferson, quien ya había sido
llevado a juicio por el asesinato del honesto Alexander Hamilton, enfrentó otro
juicio por “Traición a los Estados
Unidos”, había concebido junto a incondicionales suyos, un plan para
invadir la Nueva España por Texas, apoyados por una escuadra de barcos
ingleses, llegar hasta la misma ciudad de México y con el consorcio de
“innumerables” conjurados novohispanos hacerse elegir Rey o Emperador (¿?) (13 A)
Por otra parte, entre la
correspondencia de los virreyes había una carta del Intendente Morales desde Panzacola, fechada el 12 de
mayo de 1808 al virrey don Francisco Javier Iturrigaray, donde asentaba:
“Hace un año existía en Nueva Orleans un grupo considerable de individuos, cuyo fin era revolucionar el reino de Nueva España y, que tenía noticias fidedignas de que en la conjura había muchos eclesiásticos,” (13 B)
Además, existe en los
archivos, especialmente en el de Indias en Sevilla, numerosas cartas del
Ministro de España en Filadelfia,
Estados Unidos: don Luis de Onís. Quien daba cuenta a los funcionarios de la
Corona de todos los movimientos que se preparaban en esa nación, con el fin de
separar a Nueva España del Imperio Español. Fundar una república a su imagen y
ponerla bajo su “protección”. Mientras
ocultaban sus planes haciendo creer a los criollos novohispanos e hispanoamericanos
en general, que era Napoleón y sus revolucionarios quienes ambicionaban
quedarse con el Imperio. Los políticos yanquis invitaban a los ilustrados
novohispanos a ponerse bajo la protección de sus instituciones republicanas,
“garantía contra las ambiciones europeas”.
Llegando a este punto de la explicación, vemos
cómo claramente, la insurrección secreta
de las directivas del Supremo Consejo de Charleston, se iba cumpliendo
puntualmente. A los hispanoamericanos les llegaban invitaciones de diversos
puntos: Londres, París, Cádiz y también Lisboa, pero todas se originaban en
Charleston. Los hispanoamericanos estaban siendo bombardeados a dos fuegos
porque también Napoleón por su parte,
ambicionaba gobernar el Imperio Español completo, sin compartirlo con
Inglaterra ni con los Estados Unidos.
COMO ESPAÑA QUEDÓ SUJETA A LA OBEDIENCIA FRANCESA
Bajo el gobierno del valido
Godoy, en 1805, hubo una alianza de España con la Francia napoleónica para
repartirse Portugal, por lo cual entraron en guerra contra Inglaterra aliada de
este Reino. Inglaterra había maquinado todo esto porque Bonaparte tenía el
proyecto de invadir la Isla británica. Envió una armada al mando del almirante
inglés Horacio Nelson quien derrotó a la escuadra franco-española en Trafalgar
cerca de Cádiz, en esa famosa batalla,
España y Francia perdieron sus flotas, aunque Inglaterra perdió en la batalla a
su almirante, y quedó dueña de los mares. Napoleón hubo de renunciar a su
proyecto de invasión a la “pérfida” Albión, y España se quedó sin posibilidad
de defender sus posesiones ultramarinas.
Bonaparte no actuaba por sí mismo, obedecía a
la Masonería, cuyo final objetivo, era la destrucción del Imperio Español, con
ese aval, se decidió volver a atacar al reino de Portugal y repartirlo con todo
y sus posesiones ultramarinas, con España, según decía, comenzó su engaño
ofreciendo al Ministro Godoy hacerlo rey de los portugueses, Para todo ello,
las tropas francesas tendrían que cruzar el territorio español,
En el palacio de Fontainebleau,
Francia, se firmó el Tratado el 24 de octubre de 1807. Napoleón tomó, entonces,
a la monarquía española en un puño, mientras sus tropas llevaban a cabo una
auténtica invasión de la Península. El rey de Portugal y toda su corte se
embarcaron en 20 naves para el Brasil alejándose de ese modo por muchos años de
la política europea aunque con la idea oculta, de anexar al Brasil, a su debido
tiempo, todo el Virreinato de la Plata. (13 B)
Efectivamente así ocurrió;
Napoleón envió tropas que poco a poco avanzaron a varios puntos de la península
española, mientras los “consejeros afrancesados” provocaban disidencias entre el rey Carlos VI y su hijo Fernando VII por
la antipatía de éste a Manuel de Godoy. Al fin, tanto Carlos VI como Godoy
comprendieron la situación en que se encontraban sus personas. Ya invadida la España por todas partes, el
Ministro propuso a la familia real que se trasladara a Nueva España. (13 C)
Cuando se preparaba la huida
del Monarca, hacia el Nuevo Mundo, el pueblo azuzado por agentes napoleónicos,
rodeó el palacio de Aranjuez para impedir la salida del Rey. Manuel de Godoy quedó preso y Carlos IV abdicó la Corona en su hijo
Fernando el 19 de marzo de 1808. (13 D)
“Las tropas francesas se hallaban a pocas leguas de Madrid y al tener, el pueblo de Aranjuez, donde se hallaba la corte, noticia de lo que pasaba, se indignó contra el favorito Godoy creyéndolo de acuerdo con Napoleón para entregarle la España. El pueblo se amotinó contra él…”
“Las noticias de los acontecimientos de Aranjuez se recibieron en la ciudad de México el 8 de junio de 1808, Indescriptible fue el regocijo que causó la caída de Godoy y la proclamación del nuevo monarca….” (13 E)
Novohispanos y peninsulares
se felicitaron por el advenimiento al trono de Fernando VII. Mientras el virrey
Iturrigaray, nombrado por Godoy, se ausentó de la ciudad para que el pueblo
celebrara la caída del mal gobierno encabezado por Godoy ministro del débil rey
Carlos IV.
Después sucedió
en España, algo inaudito, algo así como un juego de niños, como un sainete,
pero de una trascendencia capital y desastrosa:
Napoleón Bonaparte se trasladó a Bayona población de los Pirineos franceses,
a donde atrajo al flamante rey Fernando VII y al rey Carlos para una
entrevista, ahí pidió a Fernando que liberase al ministro Godoy.
Fernando accedió. Pero el asunto no quedó ahí, Napoleón jugaba con la familia
real borbónica y presionaba con sus tropas establecidas por toda España de
común acuerdo con los masones españoles afrancesados, instalados en puestos
estratégicos a la espera de las órdenes del emperador de los franceses.
Bajo presión, Bonaparte
logró que Fernando devolviese la Corona a su padre, Carlos IV, éste a su vez,
se la ofreció a Napoleón, quien de inmediato,
se la pasó a su hermano José,
usurpando éste, el venerable
trono de España y sus Indias.
Carlos y Fernando fueron llevados prisioneros al Castillo de
Valençay en Francia. Una verdadera catástrofe política y social se había
concretado en ese año aciago. Todo el Imperio Español se resquebrajaba como
lo había planeado el Supremo Consejo de Charleston en los Estados Unidos. (14)
Acto seguido, Napoleón
emprendió la invasión formal de España, dispuesto a destruir su Tradición
Católica y a imponer los postulados de la Revolución: Libertad, Igualdad y
Fraternidad.
José I Bonaparte hermano
mayor de Napoleón, Gran Maestre de la Masonería formó su gabinete entre los
afrancesados, dos de ellos, virreyes de
Nueva España: el quincuagésimo cuarto virrey Miguel José de Azanza y el
último “virrey” Juan de Odonojú, ambos encumbrados masones. (14 A)
Las Logias masónicas españolas reconocieron al
hermano de Napoleón, no así los verdaderos patriotas compuestos por: la
antigua Aristocracia, la Iglesia Católica y el Pueblo llano españoles,
quienes, lamentablemente, cayeron en la
trampa que les tendió la Masonería formando astutamente la Junta
Nacional “patriótica” en Andalucía para dirigir (al fracaso) la lucha de
resistencia al invasor por si los patriotas españoles realmente pudieran hacer
frente al invasor. En Sevilla y Cádiz se establecieron un Gobierno y unas
Cortes masónicos. (15)
NOTA: Me he extendido en
estos antecedentes, porque son necesarios para que el lector comprenda
fácilmente la secuencia que ha llevado a crear el Partido Liberal Mexicano
desde sus orígenes en las ideas de la Ilustración y el Enciclopedismo hasta su
instalación entre los criollos “ilustrados” de Nueva España: Luis Ozden
La secular animadversión
entre los españoles peninsulares y los criollos explotada por enemigos internos
y foráneos del Imperio para destrozarlo había cristalizado hacia los últimos
años del siglo XVIII en dos partidos no oficiales, subterráneos, compuestos por
masones de diversos ritos, que los acontecimientos de Bayona definieron
claramente: El Partido europeo y el Partido Americano. Sin haber sido una regla
estricta; los europeos llegaron a formar, al comenzar el siglo XIX, el Partido
Conservador y los hispano americanos el Partido Liberal.
Mientras en la Antigua
España se formaban las juntas de gobierno para organizar la resistencia; en la
Nueva España todo quedó como paralizado. Los habitantes en general estuvieron
de acuerdo en no obedecer a José I pero los individuos con puestos
públicos, muchos eclesiásticos y los ricos de nuevo cuño, se pusieron en
movimiento para tomar posiciones. Sin embargo el consenso general fue apoyar a
Fernando VII en su prisión de Francia.
En Nueva España era virrey
don José de Iturrigaray y Aróstegui desde 1803, era afrancesado, nombrado por Manuel
Godoy, con la consigna de acercarse al Partido Americano, Pero
habiéndose encendido el fervor patriótico entre los españoles peninsulares no masones, no le
quedó otra salida que acercarse ocultamente, al Partido Americano pues
estaba al tanto del Plan Maestro para separar a Nueva España con él como
gobernante.
En cuanto el Virrey dio a
leer públicamente las Gacetas llegadas de España a la ciudad de México dando
cuenta de la prisión de la familia real y la invasión de los franceses. Se
manifestó un ambiente de indecisión entre los cuerpos de mando; La Real
Audiencia, el Ayuntamiento de la ciudad y el Virrey Iturrigaray sobre lo que se
había de llevar a cabo en tan urgente y peligrosa situación para la Nueva
España por sumarse a esta catástrofe, la noticia de que, desde Inglaterra,
había salido una Armada al mando del general Arthur Wellington con el
fin de llegar hasta Nueva España.
De todos los liberales pro
americanos, fueron cabeza, los regidores del Ayuntamiento Francisco Primo de
Verdad y Ramos y don José Francisco de Azcárate y Ledezma Duque de
Atlixco, quienes el 12 de septiembre de 1808 propusieron se convocara a todos
los ayuntamientos del Reino para formar un Gobierno provisional, un Congreso
Nacional, que tuviera su origen en “la soberanía popular”. Curioso lenguaje
tomado de las ideas liberales revolucionarias de los Ilustrados.
Por una coincidencia, en Nueva Orleans,
habíase elaborado un plan para separar la Nueva España del Imperio Español.
Entre los documentos que coleccionó don Genaro García para celebrar el
Centenario del “grito” de Hidalgo, existe uno
del 22 de julio de 1808 en que el virrey Iturrigaray pide a don
Benito Pérez que despache un barco a los Estados Unidos de América para comprar
armas en ese país y “defender a Nueva
España, supuestamente de los franceses pues se decía que ya estaba nombrado el
Marqués de Saint Simon para gobernar el Reino”. Entre esos documentos
hay varios escritos de personas influyentes del Virreinato que constantemente
enviaban al Virrey, dando noticias de lo que se tramaba, y por las cuales se
puede ver el estado de efervescencia en que se encontraba la población. (16)
El 9 de agosto se formó en
la ciudad de México la Junta General, cuya acta dice reconocer a las
Juntas aprobadas por Fernando VII en tanto no se restituya la Monarquía.
También se reconoce en la persona del Virrey al legal y verdadero lugarteniente
de su Majestad, así como a la Real Audiencia y
autoridades constituidas. El Acta va firmada por el Virrey, el arzobispo
Francisco Javier Lizana y Beaumont, y todas las fuerzas vivas del Virreinato. (16 A)
El 1º de septiembre se hace
una convocatoria para celebrar un Congreso General asistiendo los
representantes de todos los Ayuntamientos del Reino. Previa a esta Junta, 58
personalidades de lo más granado de la capital encabezados por el síndico Fco.
Primo de Verdad, desconocieron a las Juntas de Sevilla y Oviedo, reconociendo
solamente a la persona de Fernando VII.
El 12 de septiembre, en ese
Congreso; de común acuerdo con los integrantes del Ayuntamiento, el
síndico Lic. Primo Verdad abogaba por el derecho a la soberanía del
Ayuntamiento a favor del “pueblo americano”. El Virrey estuvo de acuerdo con el
Ayuntamiento en contra del parecer de la Real Audiencia, el Arzobispo y
la aristocracia criolla que se opusieron a las proposiciones de Primo
Verdad y de Francisco Javier Ascárate, Duque de Atlixco.
Ese día 12 de septiembre de 1808 fue importante por
muchas razones, especialmente para el Estudio de la Historia de México,
porque salieron a la luz pública los
integrantes del Partido liberal
que en Nueva España se había ido formando con los individuos, masones, que constantemente llegaban de forma
clandestina, de Francia, España o los
Estados Unidos y aún desde Inglaterra como el año anterior de 1807 en
Buenos Aires. Para reunir a ciertos criollos novohispanos a la Masonería del
Rito de York o del Escocés, dependiente del
Supremo Consejo de Charleston.
Los tres días siguientes
fueron de aparente calma pero en la madrugada del 16 de septiembre (curiosa
coincidencia con el “grito” de Hidalgo, sólo que con resultados contrarios), el alférez de la guardia del Palacio
virreinal, Juan Manuel de Salaverría , quien ya había tratado el asunto
con don Gabriel de Yermo vascongado como él, rico hacendado y comerciante de la capital, En compañía de éste y de otros comerciantes, se concertaron con casi trescientas personas de confianza, entraron hasta las
habitaciones del Virrey y sus allegados tomándolos por sorpresa, los pusieron
presos.
A las pocas horas ya estaban en Palacio: la
Real Audiencia, el Arzobispo y los magistrados quienes de común acuerdo (Real
Acuerdo) dieron el Gobierno al octogenario Mariscal de Campo don Pedro
Garibay por ser el oficial de más alta graduación en la Capital, a más de
tener una conducta intachable incapaz de traicionar a nadie. Mientras tanto, la virreina y sus hijos
menores fueron conducidos al convento de San Bernardo y el virrey con sus hijos
mayores al Tribunal de la Inquisición de la Plaza de Santo Domingo para
interrogarlos. Después de un juicio relativamente corto fue absuelto de la
acusación de ser traidor a su patria, luego, remitido a Veracruz para
embarcarlo a España, quedando sus cuantiosos bienes embargados, sobre todo los “cuatro cientos mil pesos del fondo del
azogue en el Palacio de Minería”.
Para la custodia del ex
virrey y su familia a Veracruz se encargó de todo don Gabriel Yermo,
quien comisionó al alférez Salaverría para cumplirla. Éste , después
capitán, escribió una interesante
crónica dirigida al entonces virrey, don Félix Ma. Calleja, fechada el 12 de
agosto de 1816 en la cual, relata su
versión de los hechos. Relación digna de crédito de la que expondré varios
puntos. (17 A)
De ella, y del Diario de
México, publicado en Guadalajara en 1872, así como la cita que hizo don Lucas
Alamán en su “Historia de México” se refieren a que la viuda y los hijos de don
José de Iturrigaray pasaron a México, ya hecha la independencia en 1824, para
pedir al Congreso Mexicano la restitución de sus bienes, haciendo valer los
méritos que el difunto don José de Iturrigaray había contraído con México
por haber sido “primer autor y
promovedor de la Independencia”. “De
este modo, haciendo valer una traición que Iturrugaray había negado siempre,
consiguieron su viuda e hijos que se les dejase el fruto del peculado que no
podía ponerse en duda….” El Congreso Mejicano en 1824 mandó que se sobreseyese el cumplimiento de la sentencia, y que se
dejasen libres a la familia de Iturrigaray los cuantiosos fondos puestos en
Minería. La viuda doña Inés de Jáuregui murió en México y los hijos marcharon a
Europa, no sin haberse llevado los autos de la causa formada a su padre….. (18 A)
Todo lo anterior nos prueba, que
efectivamente, había un plan secreto (de la Masonería, ritos escocés
y yorkino ), para separar la Nueva España de la Antigua; nombrando a Iturrigaray
gobernante de Nueva España separada, con el apoyo del Partido Liberal (Antecesor
del Partido americano).
Regresando a los hechos del
15 de septiembre referido, casi inmediatamente después del golpe de Estado y de
la prisión del virrey, fueron hechos prisioneros los licenciados Fco. Primo
Verdad y Ramos, José Antonio del Cristo y Francisco Azcarate duque de Atlixco,
el canónigo José Mariano Beristain, al
Abad José Cisneros de la Colegiata de Guadalupe y Fray Melchor de Talamantes
sacerdote peruano; por denuncias de ser
partidarios de desunir el Imperio Español. De entre los interrogatorios a que fueron
sometidos los acusados y de los papeles
que se les encontraron en sus domicilios había un Plan que fue achacado a Melchor de Talamantes, por sus escritos y
relaciones con el virrey Iturrigaray. (18)
El virrey José Iturrigaray había propuesto
junto con Primo Verdad y el Lic. Azcárate la formación de un Congreso de todos
los ayuntamientos de Nueva España, quien regiría el Virreinato, hasta la
liberación de Fernando VII, como ya hemos apuntado.
Pero esta representación completa de los ayuntamientos del Reino era el
instrumento para independizar Nueva España, siguiendo ocultamente, las
directivas del Supremo Consejo de Charleston, en beneficio ulterior de los
Estados Unidos de Norteamérica.
Por lo que se infiere que en
1808 el Supremo Consejo de Charleston tenía todo preparado para el
levantamiento de los criollos hispanoamericanos. Sin embargo, los
acontecimientos referidos anteriormente
y la resistencia del auténtico pueblo español de la Península y las Indias, cambiaron las
estrategias.
La acción de los
comerciantes de la ciudad de México dirigidos por Gabriel del Yermo para
apresar al Virrey Iturrigaray, con la consiguiente alerta en que se puso el
Virreinato, detuvo momentáneamente la revolución de los criollos masones,
pero como las directivas de Charleston eran terminantes en separar la
Nueva España del Imperio, siguieron los intentos. Las Gacetas y la voz de la
calle hacían creer al pueblo que los españoles peninsulares a los que se
llamaba “gachupines” querían entregar
el Imperio a Napoleón.
Al siguiente año, los
liberales volvieron a tratar de rebelarse en la ciudad de Valladolid de
Michoacán. Todo estaba preparado para hace restallar la Revolución,
esta vez armada. Sus jefes eran el padre
franciscano Fray Vicente de Santa María, el teniente Mariano Michelena, el
capitán José Ma. García Obeso y el padre Manuel Ruiz de Chávez entre otros,
para levantarse el 19 de diciembre de 1809.
Por coincidencia, en
noviembre de 1809, el Ministro de España en los Estados Unidos, envió una carta
urgente al Capitán General de Cuba diciendo que:
“En Nueva Orleans hay una Junta compuesta por españoles, americanos y franceses para revolucionar a Nueva España de acuerdo con otras Juntas en Veracruz y México.” (19)
La conjura de Valladolid fue
descubierta por una denuncia a las autoridades, sus miembros apresados, pero el
nuevo Virrey Arzobispo Lizana y Beaumont solamente les dio la ciudad por
cárcel. Suave castigo, que trajo como consecuencia el “Grito” de Hidalgo
al siguiente año de 1810.
A partir de 1809 la
penetración yanqui en los asuntos de Nueva España, se fue haciendo cada vez más evidente, tanto,
que las siguientes insurrecciones: la de Hidalgo y Allende entre 1810-1811, la de
Morelos entre 1812-1815, la de Mina en 1817, hasta la de Guerrero entre
1818-1819 contaron con asesores y voluntarios norteamericanos, ayudando
con esto, a la consolidación del Partido
Liberal pro americano integrado por masones del rito de York.
Según el investigador don
Antonio Gibaja y Patrón; todos esos movimientos revolucionarios formaron en
realidad uno solo, compuesto de cuatro etapas para la destrucción completa de
la Nueva España:
La primera: el desgastamiento de su poderío entre 1808 y 1817.
La segunda: la Independencia de 1817 a 1821. Destrucción del lazo familiar con
España.
La tercera: la formación del primer gobierno nacionalista mexicano entre 1821 a
1823 y su destrucción por la intervención de las logias.
La cuarta: el establecimiento de la República Democrática y Liberal imitación de
la yanqui, en 1824, con la creación de su primera Constitución liberal masónica.
CONCLUSIÓN
En las páginas anteriores,
he sintetizado la historia verdadera de la creación del Partido Liberal
Mexicano, hasta su toma del poder político de manera antidemocrática: el 2
de octubre de 1824, la jura de la Constitución, luego, el día 4, a sugerencia del
gobierno de los Estados Unidos de América a través de las Logias, con el nombramiento de Guadalupe Victoria,
seudónimo de Manuel Fernández Félix, como
el primer presidente de la Republica de los Estados Unidos Mexicanos. En este individuo, la Masonería intentó
conjuntar a los ritos europeo y americano.
El Partido Liberal, con sus postulados antinacionalistas ha sido
apoyado, desde entonces, por los
gobiernos masónicos y protestantes de los Estados Unidos de América, hasta este siglo XXI. Para
ser ariete contra las tradiciones católicas, hispánicas y nacionalistas del pueblo
mexicano. El Partido Liberal Mexicano, se ha convertido, (en sus más de
doscientos años de vida), en una élite antidemocrática y dictatorial que ha
mantenido sojuzgado al pueblo, puesto en perpetua efervescencia, con guerras
intestinas, persecuciones sangrientas, francas o solapadas. Con el robo
instituido en regla para los que algo tenían y el desmantelamiento de los
templos católicos en todo el país, apoderándose de todas las obras de arte que
el pueblo en su devoción regaló con mucho sacrificio. El Partido Liberal en su
conjunto es el inventor de una historia falsa del pueblo mexicano, adquirida de
la Leyenda Negra protestante y puritana.
Este Partido sostenido por
la Masonería yanqui, tiene sus héroes liberales, individuos contrarios a la
realidad del pueblo católico, y que ha colocado en los “altares” de la patria, haciendo
creer que son los héroes de la nación, por
haber sido éstos, sus seguidores incondicionales.
Liberales y masones han sido
la gran mayoría de los jefes de gobierno de México, los más notorios por su
fanatismo han sido:
Guadalupe Victoria, alias de Manuel Fernández Félix-10 octubre 1824
al 1º abril de 1829-; fanático de la Logia. De ser proclive al hispano
americanismo bolivariano (bajo la protección inglesa), pasó a ser incondicional
del gobierno yanqui y enemigo de la cultura hispana.
Antonio López de Santana, liberal o conservador según le convenía, nueve
veces presidente por auto imposición, sin elección alguna, perdedor de las
guerras arregladas con los norteamericanos entre -el 16 de mayo 1833 y el 9 de agosto de 1855-. Masón desde 1822.
Valentín Gómez Farías, cuatro veces Vicepresidente en funciones de
presidente, entre el 16 de diciembre de 1833 y el 21 de marzo de 1847. Masón
del rito de York, ideólogo y ejecutor de las primeras leyes anticatólicas
contra el pueblo mexicano inspiradas desde las Logias de Nueva York y Nueva
Orleans.
Benito Juárez García, dos veces presidente irregular
entre el 19 de enero de 1858 y el 18 de julio de 1872. Irregular, porque no fue
electo por el pueblo mexicano, y por haber salido del país, una vez, sin la
aprobación de su Congreso. Puede considerarse a Juárez presidente del
Partido Liberal Mexicano pero no del pueblo de México, masón grado 33 del rito
de York; proclamó en 1857 la primera Constitución política que no menciona a
Dios, derivada de sus Leyes de Reforma que atentan contra la vida de la
Religión del pueblo mexicano y de su Iglesia, la familia y el Estado. Impuso
una sangrienta dictadura contra los católicos y contra quien se atreviera a
desobedecer sus injustos decretos. Efectuó el robo de los cuantiosos bienes que
el pueblo había depositado en su Iglesia a lo largo de más de tres siglos, la
destrucción sistemática de las obras de arte. Además, sus grandes traiciones al
país por medio de Tratados con los Estados Unidos; sus múltiples
asesinatos de los oponentes. Los más notorios fueron los fusilamientos del
Emperador Maximiliano y sus dos principales generales católicos: Miguel Miramón
Tarelo y Tomás Mejía, mandó fusilar también al general Joaquín Miramón Tarelo.
Juárez nunca estuvo en batalla alguna, siempre huyendo y escondido, pero con la
venia de los gobiernos yanquis.
Sebastián Lerdo de Tejada, presidente entre el 18 de julio de 1872 y el 20 de noviembre de 1876. Protegido por
Juárez, fanático liberal, masón del rito de York, enemigo radical de la religión
del pueblo mexicano y de su Iglesia; dio el rango Constitucional a las Leyes
juaristas. Enemigo de Porfirio Díaz, quien finalmente lo hizo huir a los
Estados Unidos donde murió.
Venustiano Carranza Garza, masón grado 33, siendo gobernador de Coahuila,
desconoció al presidente Victoriano Huerta con el Plan de Guadalupe y se
autonombró “Primer Jefe del ejército constitucionalista” llamado así por
defender la Constitución juarista de 1857. Presidente parcial entre el 20 de
agosto de 1914 y el 21 de mayo de 1920; durante su desafortunada gestión. Para
mantener su título de Primer Jefe, combatió a todos los cabecillas
revolucionarios del momento, causando la mayor destrucción y ruina del país, y
de todas las capas de la población. Carranza logra que su Congreso proclame una
Carta Magna con una nueva Constitución en 5 de febrero de 1917.
El 1º de mayo de 1917, con
la aprobación de un Congreso parcial a su persona, Carranza toma posesión de la
Presidencia de México ante la inconformidad de los revoltosos Zapata y Villa,
además del ambicioso eje norteño: De la Huerta, Obregón y Calles, quienes con
armas adquiridas en los Estados Unidos también querían la presidencia del país.
En esta época entra en juego el movimiento de las logias masónicas para dar el
golpe final a las tradiciones religiosas ancestrales del pueblo mexicano.
Directivas éstas de la política yanqui para instaurar en México el sistema
comunista de manera experimental, antes que en Rusia.
Al comenzar el año de 1920,
todas las facciones de la Revolución anticristiana quisieron tomar su parte y
por diferentes flancos se acercan a la capital de la República para derrocar a
Carranza, quien no podía hacerles frente porque ya había perdido su ascendiente en el
ejército. El antiguo Jefe del ejército huye a Veracruz a bordo de un tren especial que es interceptado, y
Venustiano Carranza muere asesinado.
Álvaro Obregón, presidente del 1º de diciembre de 1920 al 30 de
noviembre de 1924, masón liberal con inclinaciones por el socialismo, ateo sin embozo,
perseguidor constante de la religión del
pueblo mexicano y de su Iglesia llegando a propiciar los sacrilegios.
Junto a su secretario de
Gobernación Elías Calles, acordó con los Estados Unidos varios tratados
ignominiosos para la soberanía y la economía de México. Son bien conocidos los Tratados de Bucareli.
Obregón propició la reforma de la
Constitución de 1917 para poder reelegirse, lo que logró para hacerla efectiva
después de la gestión de su Secretario Elías Calles.
Terminó su período de cuatro
años en 1924, pero ya electo para el futuro periodo de 1928 al 1932, fue
ajusticiado a balazos por un joven católico el 17 de julio de 1928.
Plutarco Elías Calles, presidente del 1º de diciembre de 1924 al 30 de
noviembre de 1928, masón; eminencia gris del desgobierno de Obregón, tomó la
presidencia con la consigna masónica de “acabar
con el Catolicismo en México”, sus leyes, particularmente una, ocasionó que
los Obispos cerraran los templos por falta de garantías. Para completar el
cuadro prohibió, bajo amenazas de multas y cárcel, que el pueblo católico
mexicano celebrara la Santa Misa, bautismos y matrimonios, y diera asilo a los
sacerdotes en las casas particulares. Todo eso causó indignación general; provocó
la guerra con los Cristeros, el asesinato de Obregón, el levantamiento
de una parte del ejército y la candidatura del Licenciado José Vasconcelos
revolucionario moderado quien prometía derogar las leyes marxistas. La guerra
Cristera duró de 1926 a1929. Durante esos años surgieron incontables
levantamientos causando el mayor derramamiento de sangre católica, pero también
cientos de mártires y muchos santos por la Fe en Cristo Rey.
El tirano Plutarco Elías
Calles, seguía las consignas de los gobiernos de los presidentes yanquis protestantes
y masones: Calvin Coolidge (1923-1930) y Herbert Hoover su continuador en la
presidencia. Calles, al terminar su período de poder, siguió gobernando con los
cuatro siguientes títeres: Portes Gil, Ortiz Rubio, Abelardo Rodríguez y Lázaro
Cárdenas a quienes aplicaba la incongruente llamada “Revolución Institucional”.
(20)
Lázaro Cárdenas del Río del 1º de diciembre de 1934 al 30 de noviembre
de 1940. Gran Maestre de la Gran Logia
Masónica del Valle de México. Comunista solapado, implementó la educación
socialista en todas las escuelas del país, prohibiendo la enseñanza de la
Religión Católica. Cárdenas encauzó y fiscalizó por muchos sexenios, la conducta
revolucionaria de los siguientes 5 presidentes mexicanos hasta su muerte en
1970. Se sacudió la tutela de Elías Calles, para aceptar como su jefe al
maestre masón, comunista velado: Franklin D. Roosevelt. Entre las directivas
que Roosevelt “sugirió” a Cárdenas estaba la de cambiar de tácticas
dirigiéndose a corromper a la niñez con la enseñanza atea, y “expropiar” los
pozos petroleros, a las compañías privadas mayormente europeas, con miras a
controlar los carburantes necesarios para la guerra inminente contra Alemania. (20)
Todos los jefes de gobierno
nombrados como los más notorios,
aplicaron brutalmente al pueblo católico mexicano, durante sus gestiones
presidenciales, las directivas de la Revolución liberal masónica e internacional.
Sin embargo, desde 1940 al siglo XXI se han sucedido cada seis años, 12
presidentes liberales, pacíficamente, sin asonadas ni desordenes de
partidos, Porque ya solamente existe un solo Partido, con su ala de “derecha” y
su ala de “izquierda”, todos sujetos a los postulados de la Revolución
anticristiana. Para el pueblo mexicano se ha inventado otra falacia: La
Revolución “Institucional”, una especie de dictadura silenciosa y
encubierta, que como un cáncer maligno, ha corrompido hasta los tuétanos a la
nación mexicana entera.
LUIS OZDEN
Noviembre de 2013.
CITAS, EXPLICACIONES Y BIBLIOGRAFÍA:
(1) Según Emmanuel Kant, “La Ilustración es la liberación del hombre de su culpable
incapacidad … Esta incapacidad es culpable porque su causa no reside en la falta de inteligencia sino de decisión
y valor para servirse por sí mismo de ella….” (Immanuel Kant, ¿Qué es la Ilustración?, 1784.)
(2) Es la doctrina de una
religión natural o racional fundada en la manifestación natural de que la
divinidad hace de sí misma a la razón del hombre, y no en una revelación
histórica. El deísmo es un aspecto de la Ilustración de la que es parte
integrante. Diccionario de Filosofía,
Nicola Abbagniano, “Fondo de Cultura Económica” México-Buenos Aires, 1966.
(3) Para este trabajo, tomamos
el término “Revolución” como la violenta y rápida destrucción de un régimen
político. “El único significado preciso
del término es el político, que adquirió en el siglo XVIII”. Diccionario de
Filosofía.
Tomando en cuenta esta
definición, vemos, que los únicos movimientos sociales que pueden ser llamados Revolución son: el inglés
de Cromwell, el norteamericano de 1776, el francés de 1889 y el ruso de
1917.
(4) Adam
Smith, Isaac Newton, Hume, Voltaire, Diderot, DAlambert, Montesquieu, Diderot,
Wolf, Kant, etc.
(5) El diccionario Católico
Tradicional adjunto a la Biblia de Mons. Juan Straubinger da una definición muy
completa de la que entresaco algunos conceptos.
“Organización secreta de carácter
fraternal que pretende trabajar por el bien de la humanidad y la unificación
del género humano”. “Desde sus
principios en la Edad Media, sus características eran gremiales y profesionales, y la jerarquía de aprendiz,
artesano y maestro correspondía a la
capacidad de sus artesanos”. “Sus miembros se caracterizaban por su devoción a
Dios, a los santos y a Santa Iglesia”.
Pero con el paso de los siglos pasaron de ser sociedades meramente
artesanales admitiendo toda clase de personas,
y a ser sociedades filosóficas
especulativas, perdieron a fe y se ocultaron para fines políticos.
El cambio ocurrió en Inglaterra,
las asociaciones se llamaron clubes o logias entre los siglos XVI
y XVII. Para la siguiente centuria ya intervenían casi exclusivamente en la
política. La Masonería se “ilustró” con las ideas liberales y tomó
claramente su dirección anticatólica, y en 1738, el Papa Clemente XII emitió
una carta donde excomulgaba a los miembros de esas asociaciones.
(5.A) “Resulta indudable que
la Masonería conocida y padecida en nuestros tiempos arranca de 1717 y, más
concretamente, de día 24 de junio de tal año, fecha en que los pastores
protestantes James Anderson y Jean Theophil Desaguiliers, junto con Anthony
Sayer, Goerge Payne y John duque de Montagut pusieron los cimientos a la
organización que desde sus primeros instantes, representaba un movimiento
espiritual producido en 1641, en que Conmenius postrer obispo de los “Hermanos
Bohemios” pretendía construir una asociación cuya finalidad era “La
construcción del Templo de la Sabiduría Universal, según las ideas, normas y
leyes del Supremo Arquitecto del Dios Omnipotente” Obra del investigador
español don Eduardo Comín Colomer; “Lo que España debe a la Masonería” Editora
Nacional, Madrid, España. MCMLII.
(6) Para los liberales el
“absolutismo” comprende al Orden Cristiano por ser dogmático, jerárquico y
aristocrático.
(7) El Liberalismo llevado
al extremo entra en el campo del individualismo, que a su vez el individualismo
se convierte en anarquía. En siglo XVIII va a realizar la defensa de una determinada clase
social, la Burguesía.
(8) La predicación de
Jesucristo y su sacrificio en el Calvario dividió al pueblo judío en dos partes
enemigas irreconciliables. Quienes lo reconocieron como el Mesías y Dios mismo,
siguiendo su Doctrina se convirtieron en cristianos, mientras los que lo rechazaron fueron responsables de
su muerte quedaron como enemigos a muerte de la nueva religión. Estos,
perdieron su Templo en el año 70 a manos de los romanos y nunca más, pudieron rehacerlo
hasta el día de hoy (siglo XXI) quedándoles solamente las sinagogas como
centros de enseñanza a partir del siglo I. Las leyes de Moisés o Thorá fueron
reinterpretadas de manera materialista conformando su conducta con el Talmud
en el cual, se desprestigia atacando con
odio, la Religión de Cristo y a los cristianos. Ellos, los judíos talmúdicos,
perdieron el Reino espiritual quedándose solamente con el reino material hasta
el fin de los tiempos. “Apuntes sobre el
Destino Manifiesto angloamericano”.
2005, Luis G. Pérez de León.
(9) “El Rito Escocés Antiguo
y Aceptado, conforme a una de las versiones más dignas de crédito se instaló en
1801, en Charleston, Carolina del Sur con las ideas de un banquero judío
llamado Esteban Morin que nombró rápidamente delegados y representantes para
que lo extendieran por todo el mundo. Uno de estos dignatarios fue el conde de
Grasse-Tilly, que lo introdujo en España para cooperar al afrancesamiento de
las logias, al propio tiempo que daba vigor a las de los patriotas, con el fin de que si el golpe napoleónico llegaba a
fracasar, como así ocurrió, la masonería tuviera posiciones fuertes desde las
que podría realizar su obra desintegradora”. Eduardo Comín Colomer, “Lo que España debe a la Masoneía”.
(10) “Con Esteban Morin y otros cinco
banqueros todos judíos: Jean Mitchel, Federico Dalco, Emile de la Motte,
Abraham Alexander e Isaac Auld”. “Los
nuevos jerarcas supremos de la francmasonería justificaron el establecimiento
de la Sede en América, al decir que: siendo aquel país un pueblo joven, sin otra historia que
la nacida de su independencia, no estarían sometidos a las naturales corrientes
políticas de los pueblos que, contando con un bagaje tradicional, pueden oponerse
a la universalidad defendida por las logias”. Eduardo Comín Colomer, obra
citada.
Fundaron la Logia de
Charleston el Carolina del Sur, USA. En el paralelo 33 latitud norte, del “Rito
Escocés Antiguo y Aceptado” consistente en
33 grados de “sabiduría”. Luis Ozden
(11) “El Destino Manifiesto
Angloamericano es de Origen Calvinista” Apuntes, Luis G. Pérez de León.
(12) “Revoluciones Sociales
de México” Tomo I, Antonio Gibaja y Patrón, Editorial Tradición, 1983.
(13) “Revoluciones Sociales
de México” Tomo I, Cap. XIV. Antonio Gibaja y Patrón; Ed. Tradición 1983
(13 A) “Colección de
Documentos Históricos Mexicanos,
Colección de Genaro García. Ed. Secretaría de Instrucción Pública y Bellas
Artes, 1910 Tomo I, Parte única, pag. 1.
(13 B) “Revoluciones
Sociales de México” Tomo I, cap. XIV, Antonio Gibaja y Patrón, Ed.Tradición,
1983.
(13 C) En la Nueva España ya
se sabían los planes para llevar a la familia Real a México. Para preparar el
recibimiento se mandó fundir la estatua ecuestre de Carlos IV, obra de arte
existente a la entrada al Paseo de Bucareli y actualmente en la Plaza del
Palacio de Minería. Carlos IV aparece con el pliego, en su mano derecha, del
documento previo al envío de la vacuna contra la malaria.
(14) El maestro masón
Richard E. Chism, norteamericano, en su obra “Masonic history of Mexico” afirma que en 1806 se formó en la
ciudad de México una Logia masónica del rito de York, es decir, de obediencia
inglesa, que en ese año en la casa No. 5
de la calle de las Ratas (hoy Bolívar) fueron iniciados .Miguel Hidalgo y
Costilla, Ignacio Allende, Miguel Domínguez Corregidor de Querétaro y otros. El
maestro masón Dr. Julián Gascón grado 33
del rito Escocés Antiguo y Aceptado en su obrita: “Los primeros masones y la fundación del Supremo Consejo de México”
escribe exactamente lo miso· “Semblanza
de Miguel Hidalgo y Costilla” Año 2010, Luis Ozden.
(14 A) “Colección de
Documentos Históricos Mexicanos” Genaro García. Tomo I, obra citada.
(15) “Lo que España debe a
la Masonería”, Eduardo Comín Colomer. Ed. Nacional, Madrid – 1952,
(16) “Colección de
Documentos Históricos Mexicanos” Genaro García, Tomo II, Ed. ”SIB” 1910
(17 y 17 A) “Colección de
Documentos Históricos Mexicanos” Genaro García. Ed. ”Secretaría de Instrucción y Bellas Artes”
1910. Tomo II, Parte III, Cap. CXXIII.
(18) “Colección de
Documentos Históricos Mexicanos” Obra citada Cap. CXXVI. “Noticia muy exacta de
lo acaecido en México la noche del 15 de septiembre de 1808”.
(18 A) “Historia de México”,
Tomo I, cap. VI pags. 266-267, Lucas Alamán. Fondo de Cultura Económico,
ed. Facsimilar, 1985.
(19) “Revoluciones Sociales
de México” Tomo I, cap. XV, Gibaja y Patrón, obra citada
(20) “México Chantajeado”. Salvador Borrego E., Edición propia, 2013.
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