CALIFORNIA
HERNÁN CORTÉS ENTRE LA
LEYENDA Y LA REALIDAD
Academia de Hernán Cortés
“Por la difusión de la
Verdad Histórica”
1.- LA LEYENDA ENTRE LOS
CONQUISTADORES
En segunda mitad del siglo XV, con la
invención de la imprenta, aparecieron publicadas en toda Europa las leyendas
caballerescas que circulaban por las plazas o en las reuniones de familia o de
amigos.
Si bien, el primer libro impreso había sido la
Biblia al que siguieron otros libros religiosos, pronto comenzaron a publicarse
temas mundanos especialmente las sagas o gestas de los caballeros. Como el
“Amadís de Gaula”.....(1) o la “Canción de Roldán”......(2)
Los libros impresos resultaban caros, pero
eran tal su novedad que la gente los adquiría con grandes esfuerzos por que les
daban importancia social. Entre los jóvenes, y de los más populares, estaba la
Canción de Rolando, en francés “La
Chanson de Roland o Hrueland”, novela épica que se refiere a la derrota
sufrida por la retaguardia del ejército de Carlomagno a manos de los moros en
el desfiladero de Roncesvalles del Reino de Navarra en el siglo VIII ( 778
).....(3)
En la novela manuscrita hacia la primera mitad
del siglo XII en más de cuatro mil versos, aparece en el verso 209 del poema,
la palabra Califerne refiriéndose a alguna región determinada del África.
El verso en francés antiguo es el siguiente:
Morz est mis nies ki tant
soleis cunquere
Encuentre mei revelerunt li
Saisne
Et Hungré et Bugre et tant gent
averse
Romain, Puillain et tuit cil de
Palerme
E cil d’Affrike e cil de Califerne”
Que traducido libremente es:
“Muerto está mi sobrino que tantas tierras
conquistó
Y ahora los sajones se han rebelado contra mí,
Y los húngaros, y los búlgaros y tanta gente
adversa,
Romanos, pulianos, y todos los de Palermo,
y los de África y los de Califerna.”
Los lugares a que se refiere el verso, eran perfectamente conocidos en ese
tiempo. Dice: Palermo, África y Califerna. Por tanto, cuando dice: “los de
África y los de Califerna”
seguramente se trataba de los moros de algún califato.
Hasta aquí hemos relatado lo que contiene en el manuscrito más antiguo, la
referencia un lugar todavía indeterminado llamado Califerne, sin más.
LA NOVELA CUMBRE DEL SIGLO XVI
El anterior Cantar de Gesta fue la fuente de inspiración de muchos otros
escritores posteriores, principalmente en los de finales del siglo XV.
A principios del siglo XVI en el año 1511 comenzó a circular otra novela de
caballería publicada en Sevilla el año anterior de 1510 por el escritor y
editor García Ordóñez de Montalvo; como una continuación del Amadís de Gaula y
cuyo título es:
“Las Sergas de Esplandián” ....(4)
Del Califerne en el Amadís de Gaula, pasó al California de la
trascripción que Montalvo trata entre otras tierras fabulosas, de la Isla California habitada por
amazonas negras.
“Sabed que a la diestra mano de las Indias existe una Isla llamada California muy cerca de un costado del
Paraíso Terrenal; y estaba poblada por mujeres negras, sin que existiera allí
ningún hombre, pues vivían a la manera de las amazonas. Eran de bellos y
robustos cuerpos, fogoso valor y gran fuerza. Su isla era la más fuerte de todo
el mundo, con sus escarpados farallones y sus pétreas costas. Sus armas eran todas
de oro y del mismo metal eran los arneses de las bestias salvajes que ellas
acostumbraban domar para montarlas, porque en toda la isla no había otro metal
que oro.....”
Garci-Ordóñez de Montalvo, quien no era autor del Amadís de Gaula, ni del
siguiente libro “Las Sergas de Esplandían” actualizó para su época las antiguas
gestas de caballería originadas en Francia muchos siglos antes. Habría leído
también la relación que Cristóbal Colón había escrito de sus viajes a las
nuevas tierras descubiertas: “Las fabulosas Indias”; para componer las Sergas.
El Almirante, en su diario del primer viaje de descubrimiento, anota:
“Dixéronme los indios que por
aquella vía hallaría la isla de Martinico, que diz que era poblada de mujeres
sin hombres, lo cual el almirante mucho lo quisiera por llevar diz que los
Reyes cinco o seis d’ellas.....
(....) mas diz quera cierto que
las avía y que en cierto tiempo del año venían los hombres a ellas de la dicha
isla de Calib (Carib), diz qu’estaba d’ellas diez o dize leguas, y si parían niño enbiánbanlo a la isla de los
hombres, y si niña, dexávanla consigo.....”.............(5)
Como se ve por lo anterior, Ordóñez de Montalvo logró un éxito literario en
el momento que nuestros españoles se enfebrecían con las tierras, descubiertas
y por descubrir, de la naciente América.
HERNÁN CORTÉS Y SU CALIFORNIA
ENTRE LA FANTASÍA Y LA MUERTE
LAS EXPLORACIONES CORTESIANAS
Corría el mes de octubre del año de 1524, atrás han quedado los hechos de
la conquista del reino de Moctezuma y unos días antes de emprender el malhadado
viaje a las Hibueras para castigar la infidencia de Cristóbal de Olid
..Hernán.Cortés firma y envía su 4ª Carta de Relación al Emperador Carlos,
junto a espléndidos regalos de oro y plata. En esta Carta le relata, entre
otras cosas, de las noticias que tiene acerca de una isla legendaria, noticias
que le habían sido traídas por su sobrino el capitán Francisco Cortés de San
Buenaventura, quien había realizado la exploración y conquista de las tierras
costeras del Mar del Sur o Pacífico.
Escribe así:
“Y así mismo me trajo relación de
los señores de la provincia de Cihuatán, que se afirma mucho de haber una isla
poblada de mujeres, sin varón ninguno, y que en ciertos tiempos van de la
tierra firme hombres que con ellas han acceso....y si paren mujeres las
guardan; y si hombres, los echan de su compañía, y que esta isla está a diez
jornadas de esta provincia de Colima; y que muchos de ellos han ido allá y la
han visto. Dícenme así mesmo que es muy rica en perlas y oro; yo trabajaré en teniendo aparejo de saber
la verdad y hacer de ello larga relación a Vuestra Majestad....”
En su 4ª Carta; relata al emperador Carlos lo sucedido en ese período:
desde mediados de mayo de 1522 al 15 de octubre de 1524, cuando firma la carta.
Que comprende las acciones de exploración y militares hacia los reinos
tributarios de Moctezuma; muchos de los cuales eran conocidos por los indios
como productores de metales preciosos.
Cortés se interesaba, también, por encontrar algún río o paso de mar que lo
acercara a la costa del Mar de Sur, encontrar un buen puerto que sirva de base
a las exploraciones hacia la verdadera India. Desde esos años comenzaba a
vislumbrar con grandeza lo que podría ser en un futuro cercano, el nuevo Reino
de su conquista.
Envió a Pedro de Alvarado hacia el sur poniente de Tenochtitlán, con el
encargo de llegar al mar, explorar la corta hacia el sur para encontrar el
mítico Reino del Oro vislumbrado por Balboa apenas una decena de años atrás.
Alvarado cumple con éxito su cometido y funda el pueblo de Tututepec muy
cercano a la costa, donde encontró minas de oro. Más tarde, hacia fines del año
de 1523 en otra expedición muy numerosa con ayuda tlaxcalteca, conquistará
definitivamente para la Nueva España todas esas tierras hasta Guatemala y
Acajutla en el actual El Salvador.
Las otras exploraciones importantes son hacia el señorío de Michoacán; de
los primeros que llegaron a esa región fueron: un soldado Parrillas y poco
después Antonio Caicedo en el otoño de 1521. (Relación de Michoacán, de Fray Jerónimo de Alcalá).
En 1522 le siguieron cuatro españoles más al mando de Francisco Montaño, el
héroe del Popocatépetl, (Historia de la
Conquista, Francisco Cervantes de Salazar).
La conquista del territorio fue encomendada a Cristóbal de Olid, Juan
Rodríguez de Villafuerte y Andrés de Tapia con 70 caballeros y 200 peones
ayudados por indios tlaxcaltecas. Quienes llegaron a esas tierras a mediados de
1522.
Estos capitanes lograron su cometido y todavía alguno de ellos llegó hasta
el señorío de Colima.
Sin perder tiempo se fundó Zacatula cerca de la costa y se comenzaron a
construir cuatro barcos para la exploración del litoral hacia el sur y hacia el
norte del paralelo 24.
Cortés tampoco perdía el tiempo en la Capital supervisando su
reconstrucción. Para reconocer nuevos territorios, seguía enviando capitanes
con el fin de conquistar todas las regiones del poniente:
Gonzalo de Sandoval llegó a principios del 1523 a la Costa Chica cercana a
Acapulco, fundó el puerto y siguió hasta Colima,
fundando la villa el 25 de julio de ese año de 1523. Sandoval siguió en
sus conquistas rumbo al norte hasta encontrar un buen puerto que llamó de Navidad; ahí tuvo noticia de una gran
isla a varias jornadas por mar hacia el noroeste.
“que estaba poblada de mujeres
sin varón ninguno”
Considero yo, que fue en esos días cuando comenzó a circular entre los
soldados españoles, que la leyenda de la
California a que se refería la novela “Las
sergas de Esplandián” podría ser una realidad.
Cuando el capitán Gonzalo de Sandoval regresó a la capital y dio parte a
Cortés de sus descubrimientos y conquistas, pudo ser, que los soldados hicieran
circular, entre los que estaban asentados ya, esas fabulosas noticias. Tanto
que el propio Cortés las asienta, como hemos visto al principio, en su 4ª Carta
de Relación.
Las exploraciones y conquistas siguieron su marcha a partir de esos años.
Reiteramos que Don Hernando, antes de partir para las Hibueras, envió a su
sobrino Francisco Cortés de San Buenaventura con la orden de continuar
sometiendo todas esas regiones. El 17 de enero de 1525 apareció en
Tenochititlán la publicación de la Relación
de una Visitación, en la cual se refiere la expedición de Francisco Cortés
de San Buenaventura. Otros dos capitanes de esa expedición fueron otros primos
de Hernán Cortés: Alonso de Ávalos y su hermano Hernando de Sayavedra que se
posesionaron de las regiones del actual Estado de Jalisco, al parecer sin mucha
resistencia de los indígenas.
PRIMERA EXPLORACIÓN
Cortés, antes de marchar a España en 1528, había dejado encargada la
construcción de un astillero en la costa de Tehuantepec. Ahí se harían cinco
barcos para la exploración de las costas y tal vez de otra expedición, que como
la del año anterior había partido para las fabulosas islas Malucas en el
sudeste asiático.
Cuando don Hernando regresó a su astillero en 1530, solo encontró ruina y
abandono, y su capitán Francisco Maldonado estaba preso. (Carta de Cortés a
Carlos V desde Texcoco , 1530).
Un poco más tarde, en 1532, al mando de su primo Diego Hurtado de Mendoza,
envió la primera expedición por mar para explorar las costas al norte de la
gobernación de Nuño de Guzmán. Salieron las dos naves: (San Marcos y San
Miguel) de Acapulco rumbo al norte, hasta la bahía de Guatlán, actualmente
Manzanillo, en la provincia de Colima, donde terminaron de abastecerse de todo
lo necesario, luego costearon hasta el actual San Blas para llenar de agua las
botijas, pero la gente de Nuño de Guzmán los hostilizó, siguieron la costa
descubriendo las islas que llamaron de la Magdalena, las islas Marías, y costearon hasta la actual región de Culiacán
donde estuvieron unos veinte días, según apunta Francisco López de Gómara en su
relación con informes directos de Cortés.
Esa estancia de tanto tiempo sin actividad alguna, así como la falta de
víveres, le costó al capitán Diego Hurtado de Mendoza que los expedicionarios
se le amotinaran; se apoderaron de una de las naves regresando a las costas del
sur. La otra nave quedó en poder de Hurtado, quien con los marinos se hizo a
alta mar en busca de alguna isla grande. De
ellos ya nunca se supo más.
Mientras los amotinados fueron presa
de una tormenta que llevó a nave a encallar en la costa de bahía de la Bahía de
Banderas donde fueron atacados por los indios, muriendo la mayoría, solamente
23 lograron escapar de los indios pero la mitad fueron presos de Nuño de
Guzmán. Los otros lograron llegar a tierras de Colima. Hernán Cortés lamentó con mucho dolor la
desaparición de su primo Diego Hurtado, teniendo por muchos años la esperanza
de encontrarlo con vida.
SEGUNDA EXPLORACIÓN
Ante el fracaso de la primera expedición, Cortés mismo se instaló en 1533
en Tehuantepec para construir las naves y traer los bastimentos necesarios para
otra armada de mayor enbergadura.
Para esa tremenda empresa, Cortés ideó un sistema de abastecimiento tan
ingenioso como complicado. Desde el puerto de Cozacoalco, se remontaba el río
hasta Tecolotepec en
el Istmo, y desde ahí por tierra a un trecho de río hasta el puerto de
Tehuantepec, eran más de 300 kilómetros de un trabajo enorme, para llevar e
instalar todo el material desde Veracruz. Pero, con todo esto, se había trazado
la primera ruta de comunicación entre el Mar del Norte y el del Sur. Entre el
Golfo de México y el Océano Pacífico.
El Conquistador, ya marqués del Valle, gastaba su hacienda y su
persona por la Gloria de Dios, por la
honra de España y para servir a la Corona.
En junio de 1533 salieron de Tehuantepec y de Acapulco dos buenas naves
construidas como las mejores de Castilla. La capitana llamada Concepción al
mando de otro pariente: Diego Becerra de Mendoza, con su ponderado piloto
traído de Vizcaya, Fortún Jiménez; la segunda nave al mando de Hernando de
Grijalva y su piloto el portugués Martín d’Acosta.
Los barcos remontaron la costa hacia el norte hasta llegar a su otro puerto
de apoyo, Santiago de Buena Esperanza, hoy Manzanillo. De ahí salieron el 1º de
noviembre de 1533, pero, lamentablemente en esas fechas comienza la temporada
invernal de los ciclones del Pacífico. Una de esa terribles tormentas los
sorprendió a las naves, que se separaron, una ellas el San Lázaro se dirigió al
ponente, al interior del Mar del Sur descubriendo la Isla de Santo Tomás (hoy
Socorro) y regresó a Acapulco después de casi cuatro meses de navegación.
La nave Concepción enfiló hacia el norte amotinándose la tripulación al
mando de Fortún Jiménez, y en la reyerta
murió el capitán Diego Becerra de Mendoza, también pariente de Cortés.
Los amotinados desembarcaron a los frailes y los heridos en la costa, y
siguieron su derrota al norte. Los fuertes vientos los llevaron a
descubrir por pura casualidad la “Isla California”; “Entraron en una
bahía (a la que describieron como la que encontró Hernán Cortés, quizá La Paz)
donde encontraron indios muy primitivos, estos andaban completamente desnudos
pero tenían perlas. Aún no se ha aclarado que contratiempo tuvieron con ellos,
pero el hecho es que hubo una reyerta, Fortún Jiménez murió con la mayor parte
de su gente. Los sobrevivientes subieron a la nave y regresaron a la tierra
Firme. Ahí se repitió la mala fe de Nuño de Guzmán, enemigo de Cortés, su gente
los apresó y la nave Concepción quedó en poder de éste, como había quedado
también el navío San Miguel de la anterior expedición.
TERCERA EXPEDICIÓN
Ya han pasado casi 14 años de que el reino de Moctezuma cayera en manos de
Hernán Cortés, tiene honores y riquezas, ya es dueño del marquesado del Valle
de Oaxaca, territorio con 23 mil vasallos y el mayor en extensión de cuantos
algún rey de España concediera a uno de sus súbditos. Su otrora gobernación se
va a transformar en Virreinato muy pronto, a él le queda solamente el empleo de
Capitán General de la Nueva España. Su palacio de Cuernavaca está aún en
construcción y su nueva su mujer, doña Juana de Zúñiga y Ramírez de Arellano,
de la mayor nobleza castellana le ha dado cinco hermosos vástagos ( Luis el
mayor, murió recién llegado a México).
Cortés podía haberse quedado disfrutando de sus logros, pero su sangre
hierve con la posibilidad de conquistar, quizá, otro reino fabuloso. A sus 50
años de edad retoma arrestos de juventud y con renovado brío, él en persona se
encargará de conquistar esas tierras. Este es el Cortés del principio y de
siempre.
Por otra parte, los sobrevivientes de la malhadada segunda expedición
cortesiana seguramente contaron que los indios eran muy oscuros de piel, casi
negros, que poseían muchas perlas de gran valor, y que su tierra nuevamente
descubierta a pocas jornadas por mar de la tierra firme era la isla fabulosa
que se relataba en “Las Sergas de
Esplandián .
La noticia de la expedición al mando de Hernán Cortés animó a muchos
antiguos conquistadores y otros que estaban repartidos por los territorios del
marquesado. Se enrolaron 34 con sus mujeres y muchos se ofrecieron a servirle
de soldados, hasta completar 320. Su gran amigo y confidente Andrés de Tapia no
podía faltar en la expedición.
En las anteriores expediciones, Cortés, había gastado una buena parte de su
fortuna, casi todo se había perdido y dos de esas naves estaban en poder del
gobernador de Nueva Galicia: Nuño Beltrán de Guzmán. También estaban casi terminadas
otras cuatro naves para seguir con las exploraciones.
Escribe al Rey:
“He gastado más de cincuenta mil castellanos;
para hacer la dicha armada e las susodichas, he vendido mucha parte de mi
hacienda e toda la que tenía en los reinos de Castilla, e empeñado e deshecho
mis joyas e las de la marquesa mi mujer, e debo cincuenta mil castellanos e más
e tengo empeñada todas mis rentas e pueblos, según así a todos es público e notorio....”
Y por cumplir su compromiso había
dejado casa, mujer e hijos, estando ya en la edad de cincuenta años.
Para rematar con lo anterior, recibió de su enemigo Nuño de Guzmán un
áspero requerimiento prohibiendo a él y a su gente el paso por las tierras de
su gobernación.
Entonces Cortés respondió contundentemente: el 24 de febrero de 1535 “que no
se le podía impedir el paso ni el apoyo portuario ya que tiene encargado por el
rey la exploración de la Mar del Sur; además, él es el Capitán General de la
Nueva España y de la Mar del Sur, y un gobernador provincial no puede
interferir su mando ni impedirle el servicio real que tiene mandado”. (José Luis Martínez, Hernán Cortés, 1992 )
.El Héroe de México-Tenochtitlán
estaba en la villa de Colima el 9 de enero de 1535 y antes de emprender su
peligrosa conquista a la legendaria “Isla California” redactó y firmó su
Mayorazgo a favor del pequeño Martín Cortés de solo 3 años; ante “dos escribanos y nueve testigos, se
escribió en diez hojas de pergamino por ambos lados, Cortés le imprimió el
sello de sus armas en cera colorada, y se guardó en una caja de plata con una
cinta de seda verde”. (José Luis Martínez, Hernán Cortés, 1992)
“El 15 de abril de 1535 el
ejército que fue por tierra y las tres
naves se encontraron en Chametla”
A los tres días de ese encuentro, Cortés se embarca en la bahía de Chamela
para saber personalmente la razón del porqué han sido tan infructuosos los ocho
años de exploraciones. Llevaba 40 jinetes y 113 peones. Desembarca el día de la
Santa Cruz, 3 de mayo, y con ese nombre bautiza al puerto que funda, en el
lugar encontró dos sobrevivientes de la expedición de Fortún Jiménez. Así se
asentó la primera colonia española de la California.
Envía dos barcos para recoger a los soldados y sus mujeres que se habían
quedado esperando en Chamela. Solamente regresó un barco pues por la tardanza,
muchos de los colonos habían regresado al puerto de Navidad. Cuando los recién llegados vieron la
situación tan lamentable en que se encontraban Cortés y sus acompañantes, ya
sin comida suficiente y solamente con vida la mitad de los colonos; quedaron
espantados.
Hernán Cortés decidió regresar a la costa de Nueva Galicia para traer más
refuerzos y comestibles.
Durante su permanencia de casi un año en “la California” escribió muchas
cartas; una de ellas descubierta por el Padre Cuevas, dirigida a Cristóbal de
Oñate:
“Con la priesa que tuve de mi
partida nos os escribí desde luego del puerto del Espíritu Sancto y agora en
esta no se ofrece más que haceros saber que llegué a este puerto y baya de
Santa Cruz, día de sancta cruce de mayo por cuyo respecto se le puso este
nombre.”
“Reconocí la tierra primero de mayo
día de los apóstoles y porque en la parte que reconoscimos era e la mas alta de
esta tierra, se le puso por nombre sierra de Sanct Felipe”
“En el msmo dia descubrimos una
isla que está cerca de esta tierra que se llamó Santiago y luego vimos otras
dos que la una se llama isla de Sanct Miguel y la otra de Sanct Cristobal”
“Tardé XVI días a causa y tiempos
contrarios que tuve y de las muchas calmas”
“Faltáronme de toda la compañía
seis caballos entre los cuales fue uno el hoverico que no lo tuve por poca
pérdida. Todos los demás caballos y toda la gente llegaron muy buenos benedicto
Nuestro Señor No os escribo de la manera
y disposición desta tierra porque no he salido………….de despachar estos navíos
por la gente y caballos. Emos visto mucha gente e algunos han venido. Hay mucha
cantidad de perlas e pesquerías. En
partiendo estos navíos entraré en la tierra y a la vuelta habrá más noticias
del secreta della y más lugar para haceros relación de lo que hubiéramos visto”
“No escribo al señor gobernador
hasta que haya cosa cierta que le podamos escribir más que me encomiendo a su
merced. Y al protector también, señor daréis mis encomiendas y que yo tendré
cuidado de le escribir siempre e que agora no lo hago por lo que tengo dicho”
“Estas cartas os encomiendo señor
que hagáis enviar con persona cierta que fuere a México, al licenciado
Altamirano mi primo, lo más breve que se pudiere. Guarde Nuestro Señor vuestra
noble persona, como señor deseayis””Deste puerto e baya de Sancta Cruz, XIIII
de mayo de DXXXV”
“Lo que señor mandarles” “El
Marqués” (Rubricado)
Carta asentada en el libro: “Historia de Baja California” Profr. Pablo L.
Martínez, Patronato del estudiante bajacaliforniano, 1956.
CUARTA EXPEDICIÓN
Ruta que siguió el navegante
Francisco de Ulloa
Hernán Cortés había preparado una cuarta expedición para dejar terminado el
descubrimiento de las costas de nueva España, para lo cual nombró a su amigo de
muchos años: Francisco de Ulloa, quien
venía acompañándolo desde el tiempo en que Cortés conquistó definitivamente el
señorío Colhúa.
Ulloa era hombre sensato y de su confianza, había puesto en orden a los
colonos establecidos en Santa Cruz mientras el Conquistador regresaba a la
costa de Nueva Galicia por las dos naves perdidas. Y permaneció en la
California hasta 1537.
En el año de 1539 se hizo cargo de la última expedición financiada por don
Hernán con la comisión de demostrar si la nueva tierra descubierta era isla o
península. Salió de Acapulco el 8 de
julio de 1539 con tres navíos: el Santa Águeda, el Trinidad y el Santo Tomás
todos bien abastecidos como era costumbre de Cortés hacerlo.
Acompañaban a Ulloa cuatro frailes franciscanos: Antonio de Mena, Raimundo
Amiliebus, Pedro de Aracho y Fray Fernando; el veedor era el antiguo
conquistador Francisco de Terrazas, el
escribano Pedro de Palencia y el piloto Domingo del Castillo quien dibujó
minuciosamente el mapa de las costas bojadas. En este viaje iba solamente la
tripulación necesaria sin ningún colono. Por órdenes de Cortés se trataba de
una expedición de reconocimiento del litoral y tomar posesión a nombre de la
Corona Española de todas las tierras encontradas.
Francisco de Ulloa el amigo de Cortés y hombre de su confianza haría el
trabajo que las anteriores expediciones no habían podido, cumpliendo con
exactitud los propósitos descubridores del Marqués del Valle de Oaxaca.
A pesar de que el navío Santo Tomás se perdió antes de llegar a la bahía de
Santa Cruz, los otros navíos recorrieron durante casi un año litorales
desconocidos hasta entonces.
En la bitácora de Francisco de Ulloa consta que llegaron a Santa Cruz el 29
de agosto y que de ahí se dirigieron a la costa de Sinaloa para bojear hacia el
norte hasta casi el grado 30 latitud norte. A la entrada del gran río Colorado
que llamaron ancón de San Andrés. Luego dieron la vuelta hacia el sur costeando
la tierra por lo que se dieron cuenta que se trataba de una larga península con
un mar interior.
Llegaron a Santa Cruz el 19 de octubre de ese año de 1539, ahí hicieron un
alto para abastecerse de agua, y luego continuaron hasta una punta que llamaron de Santiago (hoy Cabo
San Lucas), siguieron costeando, esta vez, otra vez al norte hasta la bahía y
puerto de Santa Catarina, y finalmente, el 20 de enero de 1540 descubrieron
tres islas, tomando posesión de la mayor
llamándola Isla de Cedros, la cual describieron como muy verde y habitada por
venados y conejos. Situada a los 27 grados y medio.
En la Isla de Cedros, el 5 de abril de ese año, el capitán Francisco de
Ulloa dio por terminada su exploración, emprendiendo el regreso a Acapulco con
una escala en Manzanillo, donde encarcelaron a su enviado. Ahí se encontraron
con la noticia de que el Marqués del Valle estaba en España tratando de
arreglar sus asuntos con la Corte.
Entre los historiadores, el explorador Francisco
de Ulloa ha quedado envuelto en una telaraña de leyendas: Que si siguió
explorando solo en su barco la Trinidad, cosa muy improbable por el carácter
prudente del marino, y que había muerto ahogado con su barco.
Que si al regreso fue asesinado en un altercado con alguno de sus enemigos.
Que si murió en la ciudad de México, etc. etc.
Lo cierto es que su mapa fue pasado en limpio por el piloto y dibujante
Domingo del Castillo en 1541, quizá el original fue llevado a Cortés por el
mismo Francisco de Ulloa.
Porque existe el testimonio de Iñigo López de Mondragón, de que Ulloa
regresó a la Nueva España sano y salvo, que luego viajó a España para acompañar
al Marqués y que aún fue con él a la
batalla de Argel en la carabela que el Conquistador armó por propia cuenta para
defender a España de los musulmanes.
Este documento lo publicó el historiador angloamericano Henry R. Wagner en
su libro “Francisco de Ulloa returned” California Historical Society, 1940.
REFLEXIÓN
Por la mano de Dios; las cuatro primeras expediciones y el descubrimiento
de California pertenecen exclusivamente al pensamiento y obra del conquistador
del reino cohlúa y creador de la Nueva España: Hernán Cortés.
Desde que estaba aún peleando por la conquista de la gran Tenochtitlán,
había enviado a algunos de sus capitanes a explorar los territorios del
occidente, llegar a la costa del Mar de Sur e informarse de las minas de oro y
plata así como del posible reino de las amazonas, llamado “Califerne” en la
saga de Esplandián, reino donde abundaban las perlas.
“Sabed que a la diestra de las Indias existe una isla llamada California
cerca de un costado del paraíso terrenal…..porque en toda la isla no había otro
metal que el oro”
No es que Cortés creyera al pie de la letra la novela referida, pero tenía
en mente la conquista del Darién llamado Castilla del Oro, ya explorado por Pedrarias Dávila, y las noticias llegadas
a la Isla Española de un reino, en el sur del Continente, donde los indios
cubrían de oro a su rey.
El Marqués esperaba encontrar por aquellas costas otro Perú, no por la
posesión material del áureo metal, sino porque el oro era el medio para mover
las voluntades del hombre común, cimentar su señorío y, quizá con el tiempo,
hacer de Nueva España, su creación, un
verdadero Reino de Ultramar.
A la indomable voluntad que tenía Cortés en todas sus empresas
descubridoras le detuvo la realidad física de la naturaleza americana y la
personalidad conflictiva e individualista de sus contemporáneos. Eran pocos los
que cooperaban con sus iniciativas y muchos los le estorbaban sus negocios.
Después del fracaso de la colonización de Santa Cruz, le vinieron como un
razonable pretexto, para terminar con la aventura californiana y volver a su
feudo de Cuernavaca: la pérdida de la
juventud, las cartas de su mujer la Marquesa y la noticia de la llegada del
primer virrey don Antonio de Mendoza,
Hernán Cortés ya no volvería a conducir personalmente otra expedición, su
cuarta y última empresa descubridora sería conducida y terminada con éxito por
el hombre indicado para ello: Francisco de Ulloa.
LUIS OZDEN.
Texto compuesto de la Conferencia: “Hernán Cortés y su California, entre la
Fantasía y la Muerte” por Luis Gonzalo Pérez de León Rivero. 21 de Abril de
2009.
Editó: Luis Ozden.
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