jueves, 28 de mayo de 2015

MÉJICO PAÍS MARÍTIMO

MÉJICO, PAÍS MARÍTIMO
CREACIÓN DE HERNÁN CORTÉS
CON 10 MIL KM. DE LITORALES


Hernán Cortés no fue, nada más, el conquistador del Reino de Moctezuma; una vez consolidada ésta, el 13 de agosto de 1521, se dio a la tarea de explorar el territorio en todas las direcciones, especialmente, hacia los litorales del Anáhuac: el Anáhuac Xicalanco (Golfo de México) y el Anáhuac Ayotlan (Océano Pacífico). Cortés se había dado cuenta de que las tierras recientemente conquistadas estaban entre los océanos. Esta fue la razón de pedir al Emperador don Carlos V que se llamaran: “La Nueva España del Mar Océano”

Cortés se interesaba, también, por encontrar algún río o paso de mar que lo acercara a la costa del Mar de Sur, encontrar un buen puerto que sirviera de base a las exploraciones hacia la verdadera India. Ya desde esos años comenzaba a vislumbrar con grandeza lo que podría ser en un futuro cercano, el nuevo Reino.

Envió a Pedro de Alvarado hacia el sur poniente de Tenochtitlán, con el encargo de llegar al mar, explorar la corta hacia el sur para encontrar el mítico Reino del Oro vislumbrado por Balboa apenas una decena de años atrás. Alvarado cumple con éxito su cometido y funda el pueblo de Tututepec muy cercano a la costa, donde encontró minas de oro. Más tarde, hacia fines del año de 1523 en otra expedición muy numerosa con ayuda tlaxcalteca, conquistará definitivamente para la Nueva España todas esas tierras hasta Guatemala y Acajutla en el actual El Salvador.

Las otras exploraciones importantes fueron hacia el señorío de Michoacán; de los primeros que llegaron a esa región fueron: un soldado Parrillas y poco después Antonio Caicedo en el otoño de 1521. (Relación de Michoacán, de Fray Jerónimo de Alcalá). 
En 1522 le siguieron cuatro españoles más al mando de Francisco Montaño, el héroe del Popocatépetl, (Historia de la Conquista, Francisco Cervantes de Salazar).
La conquista del territorio fue encomendada a Cristóbal de Olid, Juan Rodríguez de Villafuerte y Andrés de Tapia con 70 caballeros y 200 peones ayudados por indios tlaxcaltecas. Quienes llegaron a esas tierras a mediados de 1522.
Estos capitanes lograron su cometido y todavía alguno de ellos llegó hasta el señorío de Colima. Sin perder tiempo se fundó Zacatula cerca de la costa y se comenzaron a construir cuatro barcos para la exploración del litoral hacia el sur y hacia el norte del paralelo 24.
Cortés tampoco perdía el tiempo en la Capital supervisando su reconstrucción. Para reconocer nuevos territorios, seguía enviando capitanes con el fin de conquistar todas las regiones del poniente:
Gonzalo de Sandoval llegó a principios del 1523 a la Costa Chica cercana a Acapulco, fundó el puerto y siguió hasta Colima, fundando la villa el 25 de julio de ese año de 1523. Sandoval siguió en sus conquistas rumbo al norte hasta encontrar un buen puerto que llamó de Navidad; ahí tuvo noticia de una gran isla a varias jornadas por mar hacia el noroeste: “Que estaba poblada de mujeres sin varón ninguno”

Considero yo, que fue en esos días cuando comenzó a circular entre los soldados españoles, que la leyenda de la California a que se refería la novela “Las sergas de Esplandián” podría ser una realidad.
Cuando el capitán Gonzalo de Sandoval regresó a la capital y dio parte a Cortés de sus descubrimientos y conquistas, pudo ser, que los soldados hicieran circular, entre los que estaban asentados ya, esas fabulosas noticias. Tanto que el propio Cortés las asienta, como hemos visto al principio, en su 4ª Carta de Relación.

Las exploraciones y conquistas siguieron su marcha a partir de esos años. Reiteramos que Don Hernando, antes de partir para las Hibueras, envió a su sobrino Francisco Cortés de San Buenaventura con la orden de continuar sometiendo todas esas regiones. El 17 de enero de 1525 apareció en Tenochititlán la publicación de la Relación de una Visitación, en la cual se refiere la expedición de Francisco Cortés de San Buenaventura. Otros dos capitanes de esa expedición fueron otros primos de Hernán Cortés: Alonso de Ávalos y su hermano Hernando de Sayavedra que se posesionaron de las regiones del actual Estado de Jalisco, al parecer sin mucha resistencia de los indígenas.
HERNÁN CORTÉS CONQUISTA CALIFORNIA

Ya han pasado casi 14 años de que el reino de Moctezuma cayera en manos de Hernán Cortés. Tiene honores y riquezas, ya es dueño del Marquesado del Valle de Oajaca, territorio con 23 mil vasallos y el mayor en extensión de cuantos algún rey de España concediera a uno de sus súbditos. Su otrora gobernación se va a transformar en Virreinato muy pronto, a él le queda solamente el empleo de Capitán General de la Nueva España. Su palacio de Cuernavaca está aún en construcción y su nueva su mujer, doña Juana de Zúñiga y Ramírez de Arellano, de la mayor nobleza castellana le ha dado cinco hermosos vástagos ( Luis el mayor, murió recién llegado a México).

Cortés podía haberse quedado disfrutando de sus logros, pero su sangre hierve con la posibilidad de conquistar, quizá, otro reino fabuloso. A sus 50 años de edad retoma arrestos de juventud y con renovado brío, él en persona se encargará de conquistar esas tierras. Este es el Cortés del principio y de siempre.

Por otra parte, los sobrevivientes de la malhadada segunda expedición cortesiana seguramente contaron que los indios eran muy oscuros de piel, casi negros, que poseían muchas perlas de gran valor, y que su tierra nuevamente descubierta a pocas jornadas por mar de la tierra firme era la isla fabulosa que se relataba en “Las Sergas de Esplandián .

La noticia de la expedición al mando de Hernán Cortés animó a muchos antiguos conquistadores y otros que estaban repartidos por los territorios del marquesado. Se enrolaron 34 con sus mujeres y muchos se ofrecieron a servirle de soldados, hasta completar 320. Su gran amigo y confidente Andrés de Tapia no podía faltar en la expedición.
En las anteriores expediciones, Cortés, había gastado una buena parte de su fortuna, casi todo se había perdido y dos de esas naves estaban en poder del gobernador de Nueva Galicia: Nuño Beltrán de Guzmán. También estaban casi terminadas otras cuatro naves para seguir con las exploraciones.

Escribe al Rey:
 “He gastado más de cincuenta mil castellanos; para hacer la dicha armada e las susodichas, he vendido mucha parte de mi hacienda e toda la que tenía en los reinos de Castilla, e empeñado e deshecho mis joyas e las de la marquesa mi mujer, e debo cincuenta mil castellanos e más e tengo empeñada todas mis rentas e pueblos, según  así a todos es público e notorio....”
Mapa que indica la ruta de la Tercera Expedición comandada por el propio H. Cortés

Y por cumplir su compromiso había dejado casa, mujer e hijos, estando ya en la edad de cincuenta años. Para rematar con lo anterior, recibió de su enemigo Nuño de Guzmán un áspero requerimiento prohibiendo a él y a su gente el paso por las tierras de su gobernación.

Entonces Cortés respondió contundente: el 24 de febrero de 1535  “que no se le podía impedir el paso ni el apoyo portuario ya que tiene encargado por el rey la exploración de la Mar del Sur; además, él es el Capitán General de la Nueva España y de la Mar del Sur, y un gobernador provincial no puede interferir su mando ni impedirle el servicio real que tiene mandado”.  (José Luis Martínez, Hernán Cortés, 1992 )

El Héroe de México-Tenochtitlán estaba en la villa de Colima el 9 de enero de 1535 y antes de emprender su peligrosa conquista a la legendaria “Isla California” redactó y firmó su Mayorazgo a favor del pequeño Martín Cortés de solo 3 años; ante “dos escribanos y nueve testigos, se escribió en diez hojas de pergamino por ambos lados, Cortés le imprimió el sello de sus armas en cera colorada, y se guardó en una caja de plata con una cinta de seda verde”. (José Luis Martínez, Hernán Cortés, 1992)

“El 15 de abril de 1535 el ejército que fue por tierra y las  tres naves se encontraron en Chametla”

A los tres días de ese encuentro, Cortés se embarca en la bahía de Chamela para saber personalmente la razón del porqué han sido tan infructuosos los ocho años de exploraciones. Llevaba 40 jinetes y 113 peones. Desembarca el día de la Santa Cruz, 3 de mayo, y con ese nombre bautiza al puerto que funda, en el lugar encontró dos sobrevivientes de la expedición de Fortún Jiménez. Así se asentó la primera colonia española de la California.
Envía dos barcos para recoger a los soldados y sus mujeres que se habían quedado esperando en Chamela. Solamente regresó un barco pues por la tardanza, muchos de los colonos habían regresado al puerto de Navidad.  Cuando los recién llegados vieron la situación tan lamentable en que se encontraban Cortés y sus acompañantes, ya sin comida suficiente y solamente con vida la mitad de los colonos; quedaron espantados. Hernán Cortés decidió regresar a la costa de Nueva Galicia para traer más refuerzos y comestibles.
Durante su permanencia de casi un año en “la California” escribió muchas cartas; una de ellas descubierta por el Padre Cuevas, dirigida a Cristóbal de Oñate:

“Con la priesa que tuve de mi partida nos os escribí desde luego del puerto del Espíritu Sancto y agora en esta no se ofrece más que haceros saber que llegué a este puerto y baya de Santa Cruz, día de sancta cruce de mayo por cuyo respecto se le puso este nombre.”
Reconocí la tierra primero de mayo día de los apóstoles y porque en la parte que reconoscimos era e la mas alta de esta tierra, se le puso por nombre sierra de Sanct Felipe”
“En el msmo dia descubrimos una isla que está cerca de esta tierra que se llamó Santiago y luego vimos otras dos que la una se llama isla de Sanct Miguel y la otra de Sanct Cristobal”.
“Tardé XVI días a causa y tiempos contrarios que tuve y de las muchas calmas”
“Faltáronme de toda la compañía seis caballos entre los cuales fue uno el hoverico que no lo tuve por poca pérdida. Todos los demás caballos y toda la gente llegaron muy buenos benedicto Nuestro Señor No os  escribo de la manera y disposición desta tierra porque no he salido………….de despachar estos navíos por la gente y caballos. Emos visto mucha gente e algunos han venido. Hay mucha cantidad de perlas e pesquerías.  En partiendo estos navíos entraré en la tierra y a la vuelta habrá más noticias del secreta della y más lugar para haceros relación de lo que hubiéramos visto”
“No escribo al señor gobernador hasta que haya cosa cierta que le podamos escribir más que me encomiendo a su merced. Y al protector también, señor daréis mis encomiendas y que yo tendré cuidado de le escribir siempre e que agora no lo hago por lo que tengo dicho”
“Estas cartas os encomiendo señor que hagáis enviar con persona cierta que fuere a México, al licenciado Altamirano mi primo, lo más breve que se pudiere. Guarde Nuestro Señor vuestra noble persona, como señor deseayis””Deste puerto e baya de Sancta Cruz, XIIII de mayo de DXXXV”
“Lo que señor mandarles” “El Marqués” (Rubricado)
Carta asentada en el libro: “Historia de Baja California”, Profesor. Pablo L. Martínez, Patronato del estudiante baja californiano, 1956.

TERMINAN LAS CONQUISTAS PERSONALES DE CORTÉS

Ese año de 1535, Cortés regresó a su palacio de Cuernavaca, para reunirse con su familia y porque había llegado de España  don Antonio de Mendoza como primer Virrey de la Nueva España.
Sin embargo la actividad marinera continuaría por la creación y el impulso que le diera el conquistador. Desde la primera expedición al Perú y la  expedición de 1527 a las Islas Filipinas comandada por su primo Álvaro de Saavedra Cerón, quien había llegado a las Islas Molucas y encontrado a los marinos sobrevivientes de la expedición de Loaysa y Elcano: hasta el descubrimiento de California, habían pasado ocho años de trabajo intenso para construir los primeros astilleros del litoral del Mar del Sur, base de la navegación y descubrimientos de la costa norteamericana.  Cortés había gastado su fortuna, que nunca sería pagada por la Corona. Todavía en 1540, poco tiempo después de marchar a España para responder a su Juicio de Residencia; comisionó a Francisco de Ulloa para recorrer el litoral hasta el grado 32.
Ruta que siguió el navegante Francisco de Ulloa

Hernán Cortés había preparado una cuarta expedición para dejar terminado el descubrimiento de las costas de nueva España, para lo cual nombró a su amigo de muchos años: Francisco  de Ulloa, quien venía acompañándolo desde el tiempo en que Cortés conquistó definitivamente el señorío Colhúa.
Ulloa era hombre sensato y de su confianza, había puesto en orden a los colonos establecidos en Santa Cruz mientras el Conquistador regresaba a la costa de Nueva Galicia por las dos naves perdidas. Y permaneció en la California hasta 1537.

En el año de 1539 se hizo cargo de la última expedición financiada por don Hernán con la comisión de demostrar si la nueva tierra descubierta era isla o península. Salió de Acapulco el 8 de julio de 1539 con tres navíos: el Santa Águeda, el Trinidad y el Santo Tomás todos bien abastecidos como era costumbre de Cortés hacerlo.

Acompañaban a Ulloa cuatro frailes franciscanos: Antonio de Mena, Raimundo Amiliebus, Pedro de Aracho y Fray Fernando; el veedor era el antiguo conquistador Francisco de Terrazas,  el escribano Pedro de Palencia y el piloto Domingo del Castillo quien dibujó minuciosamente el mapa de las costas bojadas.

 En este viaje iba solamente la tripulación necesaria sin ningún colono. Por órdenes de Cortés se trataba de una expedición de reconocimiento del litoral y tomar posesión a nombre de la Corona Española de todas las tierras encontradas.
Francisco de Ulloa el amigo de Cortés y hombre de su confianza haría el trabajo que las anteriores expediciones no habían podido, cumpliendo con exactitud los propósitos descubridores del Marqués del Valle de Oaxaca.
A pesar de que el navío Santo Tomás se perdió antes de llegar a la bahía de Santa Cruz, los otros navíos recorrieron durante casi un año litorales desconocidos hasta entonces.
En la bitácora de Francisco de Ulloa consta que llegaron a Santa Cruz el 29 de agosto y que de ahí se dirigieron a la costa de Sinaloa para bojear hacia el norte hasta casi el grado 30 latitud norte. A la entrada del gran río Colorado que llamaron ancón de San Andrés.
Luego dieron la vuelta hacia el sur costeando la tierra por lo que se dieron cuenta que se trataba de una larga península con un mar interior.
Mapa que indica el viaje descubridor de Francisco de Ulloa, donde demostró que California era una península y el Mar de Cortés un golfo.

Llegaron a Santa Cruz el 19 de octubre de ese año de 1539, ahí hicieron un alto para abastecerse de agua, y luego continuaron hasta  una punta que llamaron de Santiago (hoy Cabo San Lucas), siguieron costeando, esta vez, otra vez al norte hasta la bahía y puerto de Santa Catarina, y finalmente, el 20 de enero de 1540 descubrieron tres islas, tomando posesión  de la mayor llamándola Isla de Cedros, la cual describieron como muy verde y habitada por venados y conejos. Situada a los 27 grados y medio.

En la Isla de Cedros, el 5 de abril de ese año, el capitán Francisco de Ulloa dio por terminada su exploración, emprendiendo el regreso a Acapulco con una escala en Manzanillo, donde encarcelaron a su enviado. Ahí se encontraron con la noticia de que el Marqués del Valle estaba en España tratando de arreglar sus asuntos con la Corte.

Entre los historiadores, el explorador Francisco de Ulloa ha quedado envuelto en una telaraña de leyendas: Que si siguió explorando solo en su barco la Trinidad, cosa muy improbable por el carácter prudente del marino, y que había muerto ahogado con su barco. Que si al regreso fue asesinado en un altercado con alguno de sus enemigos. Que si murió en la ciudad de México, etc. etc. Lo cierto es que su mapa fue pasado en limpio por el piloto y dibujante Domingo del Castillo en 1541, quizá el original fue llevado a Cortés por el mismo Francisco de Ulloa.

 Porque existe el testimonio de Iñigo López de Mondragón, de que Ulloa regresó a la Nueva España sano y salvo, que luego viajó a España para acompañar al Marqués y que aún fue con él  a la batalla de Argel en la carabela que el Conquistador armó por propia cuenta para defender a España de los musulmanes.
Este documento lo publicó el historiador angloamericano Henry R. Wagner en su libro “Francisco de Ulloa returned” California Historical Society, 1940.

Desde que estaba aún peleando por la conquista de la gran capital de Moctezuma, había enviado a algunos de sus capitanes a explorar los territorios del occidente, llegar a la costa del Mar de Sur e informarse de las minas de oro y plata así como del posible reino de las amazonas llamado “Califerne” en la saga de Esplandián, reino donde abundaban las perlas.
“Sabed que a la diestra de las Indias existe una isla llamada California cerca de un costado del paraíso terrenal…..porque en toda la isla no había otro metal que el oro” 
No es que Cortés creyera al pie de la letra la novela referida, pero tenía en mente la conquista del Darién llamado Castilla del Oro  por Pedrarias Dávila y las noticias llegadas a la Isla Española de un reino en el sur donde los indios cubrían de oro a su rey.
El Marqués esperaba encontrar por aquellas costas otro Perú, no por la posesión material del áureo metal, sino porque el oro era el medio para mover las voluntades del hombre común, cimentar su señorío y, quizá con el tiempo, hacer de Nueva España, su creación,  un verdadero Reino de Ultramar.

Por la mano de Dios; las cuatro primeras expediciones y el descubrimiento de California pertenecen exclusivamente al pensamiento y obra del conquistador del reino cohlúa y creador de la Nueva España: Hernán Cortés.

A la indomable voluntad que tenía Cortés en todas sus empresas descubridoras le detuvo la realidad física de la naturaleza americana y la personalidad conflictiva e individualista de sus contemporáneos. Eran pocos los que cooperaban con sus iniciativas y muchos los le estorbaban sus negocios.

Después de la colonización de Santa Cruz, le vinieron como un razonable pretexto para terminar con la aventura californiana, y volver a su feudo de Cuernavaca aceptando la pérdida de la juventud; las cartas de su mujer la Marquesa, y la noticia de la llegada del primer virrey don Antonio de Mendoza. 
Ya no volvería a conducir personalmente otra expedición, su cuarta y última empresa descubridora sería conducida y terminada con éxito por el hombre indicado para ello: Francisco de Ulloa.

LUIS OZDEN.
Texto compuesto de la Conferencia: “Hernán Cortés y su California, entre la Fantasía y la Muerte” por Luis Gonzalo Pérez de León Rivero. 21 de Abril de 2009.

CONSIDERACIONES Y REFLEXIONES

Méjico es un país marítimo con más de 11 mil kilómetros de litorales en el Océano Pacífico, Golfo de Méjico, Mar Caribe y Mar de Cortés. Su plataforma oceánica abarca 2oo millas náuticas de anchura, a todo lo largo de los litorales costeros. Su ubicación geográfica está en la parte central del Continente americano, como lo indica claramente el mapa. Desde donde puede dirigirse en línea recta, a todos los continentes del globo terráqueo.

Desde los días de Hernán Cortés, esta nación contó con naves de todos tamaños, construidas con gran esmero por carpinteros españoles y mano de obra indígena. Utilizando la madera de sus densos bosques tropicales, estos navíos surcaron todos los mares, principalmente el inmenso océano Pacífico, durante los trescientos años de su pertenencia al Imperio Español.
El tráfico de sus osados navegantes movían personas de todas las razas y pueblos. La Santa Doctrina Católica se propagaba por los valientes evangelizadores de todas las órdenes religiosas que competían entre ellas para convertir a los paganos en adoradores de Cristo.
 Las mercaderías se movían en todas direcciones: Productos naturales, animales, minerales, metales preciosos, perlas, sedas y joyas, obras de arte, pasaban de Asia a Europa por la ciudad de Méjico, capital de la Nueva España, que en esos tres siglos tuvo la fama de ser el centro del mundo.
Sus puertos tenían fama de riqueza y eran asediados por los piratas ingleses, holandeses y franceses hugonotes. Los monarcas de las naciones europeas enemigas del Imperio Español llenos de odio y codicia de riquezas de España, daban patentes de corso a sus súbditos para asaltar los barcos y los principales puertos del Imperio Español en América.

La Corona española mandó construir los castillos fuertes, que aún en estos años del siglo XXI, se mantienen en pie, como testigos fieles de la valentía de sus defensores.
San Agustín de la Florida, la Habana, Veracruz, Campeche, Acapulco, Panamá, Cartagena de Indias, Guayaquil y Lima, son los más famosos  puestos de guardia de la riqueza hispanoamericana.

Méjico, como nación de cultura mediterránea nació con la Conquista española en el siglo XVI: 13 de agosto de 1521; y como estado político independiente nació el 27-28 de septiembre de 1821. Con un enorme territorio de más de casi cinco millones de kilómetros cuadrados, con todos los climas y riquezas naturales inimaginables. Dotada por Dios con todo lo necesario, para haber sido una potencia mundial en pocas generaciones y con una Marina digna de su tamaño e importancia geográfica, se perdió en los sesenta años siguientes.

Después de ser el Reino de la Nueva España vino a ser una república, un Protectorado del gobierno de los Estados Unidos en octubre de 1824,  cuando se instauró la República de los Estados Unidos Mexicanos, entonces desaparecieron los astilleros, factores de  barcos, y también con ellos, la Marina que pudo haber sido el sostén de la nueva nación.

Sin defensas militares de tierra y sin Marina, Méjico perdió más de la mitad de su territorio,  su pueblo católico fue humillado por la nación protestante y masónica que ya emergía como potencia mundial, quedando postrado e inerme por culpa de sus gobernantes republicanos nativos, entregados desde 1824 a los gobiernos yanquis.
Como resultado de este desastre, Méjico en este siglo XXI, no tiene astilleros ni una flota digna del tamaño de sus litorales.
Ahora son los cruceros extranjeros llenos de turistas que surcan nuestros mares y tocan algunos puertos. El tráfico mercante internacional y nacional de toda clase de productos está en manos de extranjeros. Y la Marina mejicana es sencillamente insuficiente para vigilar las costas.
Según se ve en el panorama internacional del siglo XXI, este país con un pasado brillante, nunca será potencia marítima.
LUIS OZDEN. Mayo de 2015.












No hay comentarios:

Publicar un comentario